Me viene a la mente una afirmación de una teórico del arte Theodor Adorno de la Escuela de Frankfurt, un Alemán exiliado a Estados Unidos, como tantos otros, que supo hacer un análisis en su obra titulada “Teoría Estética” de algunos aspectos importantes de la producción artística que tanto varía tras la II Guerra Mundial, la frase de Adorno dice que “El arte nos mantiene alerta ante los extravíos de la razón”. Da que pensar, ¿Cómo puede ser que un paisaje de Monet o una obra de Ramón Casas nos mantenga alertas de tan sorprendente realidad? y analizando en el pensamiento encontramos algunos datos que la secundan, no precisamente de Monet y Casas, sino de las manifestaciones artísticas tras la II Guerra Mundial.

Prado Blanco aguila foto Pedro AlbornozImagen de Pedro Albornoz

Las Cuevas de Altamira son noticia estos días, se vuelve a abrir al público tras años de clausura como prescripción para su protección, ¿Qué quiso el maestro del Paleolítico expresar al componerlas? era la presa tan ansiada la que inspiró su producción, ¿como un ritual mental de atracción para mejorar su captura? Una evocación que facilitara la presencia de la bestia en las cercanías del cazador alerta ¿Que puede inspirar un tan elaborado y minucioso proceso de creación? y es que el artista en su temperamento sensible e intuitivo tiene que dar rienda suelta a sus inquietudes, con su arte, a veces el mercado exige belleza y condescendencia, pero otras, al margen de esos condicionamientos, da libertad para que afloren preocupaciones. A veces hasta el arte las maquilla, o las adorna de tintes de resolución optimista. Las Fiestas cortesanas del Renacimiento tan celebres y elaboradas dan muestras de ello, el arte dramático, los torneos, las entradas triunfales, los Ballets de corte, se adornan de temáticas que reflejan por medio de alegrías, problemáticas de la realidad política coyuntural que asola la época, para a través de entretenimiento artístico adiestrar al pueblo que lo contempla, a la corte que lo ve y así atraer desenlaces ansiados.

¿Por que las obras que se insertan en espacios enclaustrados como la Colección Jozami en el Museo Lazaro Galdiano de Madrid, o incluso Historias Naturales de Miguel Angel Blanco insertadas en el Museo del Prado producen un diálogo controvertido con los habitantes naturales de ese espacio? Debemos creer que la amistad existe entre gentes de diversa cultura, de diversa edad, de diversa época e incluso siglo, ¿Por qué no? ¿Porque no presenciar y escuchar el diálogo que se produce en un encuentro entre El Bosco y Miguel Angel Blanco? Es cuestión de afinar el oído, abrir la mente y estar dispuesto a interpretar una muestra de que todo es posible porque las barreras del tiempo y el espacio se vencen, y la actitud del ojo connotado debe mantenerse viva, esa mirada que va más allá de las formas. Porque el artista debe comprometerse con su tiempo, ser responsable de su realidad.

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Equipo de Tasararte

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