Por estos días las casa de subastas como Sotheby’s o Christie’s resuelven con solvencia sus cifras de venta del 2013, ha sido un año de euforia y superación de las ganancias del 2012.

La difusión de las ventas por Internet y el emerger de Oriente en lujo y distinción ha hecho que obras de autores como Andy Warhol o Roy Lichtenstein como ejemplo del pop más puro vean sus obras adquiridas a cambios de sustanciales y obscenas cifras. ¿Quién se lo iba a decir a ellos en vida, que sus juegos mentales plasmados en lienzos o fotografías iban a dejarnos boquiabiertos por sus balances de venta? Y es que algún acaudalado fetichista estará desayunando y brindando ante su nueva adquisición.

Es casi sorprendente, a pesar de lo populares que son las desigualdades, que alguien pueda pagar 104 millones de euros por un tríptico de Francis Bacon a pesar de lo magnífica que es su obra y de cómo muestra todo el existencialismo y dolor de una época tan convulsa como la que le toco vivir.

Hasta el propio Jackson Pollock se sorprendería si alguien le hubiera predicho que “Number 19” sería vendido en el 2013 por 42 millones y medio de euros, le imagino en su taller cerca de Lee Krasner en el año 1948 centrado en su creación, abstrayéndose de todo y entrando en trance para crear esa obra tan subjetiva pero que tanta fuerza consigue trasmitir, con lo que le costó triunfar y lo tempranamente que nos dejó. O el propio Mark Rothko con sus magnéticos campos de color y en su infernal mente, que le llevó a renunciar lícitamente a esta vida, que una obra suya de 1957 titulada “Untitled 11” se vendería cincuenta años después por 33 millones y medio de euros. ¿Quien no disfrutaría de ver una obra de Rothko en su salón y contemplarla durante horas?

Manuel Vicent en su novela “La novia de Matisse” nos habla del poder taumatológico del arte, quizá sea cierto que el arte cure heridas, eleve a estratosferas increíbles y ayude a superar los trances propios de la vida, en ese caso los artistas serían emisarios del más allá, y a través de la inspiración, esferas superiores a este mundo nos darían mensajes sobre los que reflexionar.

Siempre estarán los museos, para algunos cementerios del arte; para otros, oportunidades de elevarnos. Desde blog de Tasararte procuraremos hacer evolucionar estos pensamientos.

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