“Las Vidas” de Giorgio Vasari.

Giorgio Vasari (1511 – 1574) fue un escritor florentino que publicó “Las vidas” en 1550. “Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos [Le vite de’ più eccellenti pittori, scultori, e architettori italiani, da Cimabue insino a’ tempi nostri] ” es el título que le dio al libro, una selección de biografías de los artistas seleccionados y considerados como figuras relevantes. Y es que llama la atención de cómo Florencia produjo, en una misma época, a Filippo Brunelleschi, Donato Bramante, Lorenzo, Paolo Uccello y Masaccio, excelentísimos cada uno en su género.

Masaccio.

En la primera mitad del siglo XV sobresale la pintura de Masaccio, su nombre era Tommaso, nació en San Giovani en 1401, hijo de notario, que a finales de 1417 decide trasladarse a la ciudad del Arno.

Masaccio, vivacidad y volumen.

El buen estilo al que evolucionan las figuras en pintura se lo debemos a Masaccio, fue el primero en pintar los pies sobre el plano, en escorzo, desterrando la torpeza de pintar las figuras de puntillas. Además, concedió vivacidad y volumen a las figuras de sus pinturas, véase “La Trinidad”, en la iglesia de Santa María Novella, en Florencia. En comparación con sus contemporáneos, sus figuras parecen más vivas y reales.

Masaccio – Trinidad (Trinità), 1425 - 1428. Fresco. 680 x 475 cm. Iglesia de Santa María Novella, Florencia, Italia.
Masaccio – Trinidad (Trinità), 1425 – 1428. Fresco. 680 x 475 cm. Iglesia de Santa María Novella, Florencia, Italia.
Masaccio: distraído y generoso.

Masaccio era una persona distraída y obsesiva. Puso todo su ánimo y voluntad en su arte, y se preocupaba poco de sí mismo, no le importaban los asuntos del mundo, tampoco solía cobrar las deudas salvo en situaciones de extrema necesidad. Dicen que era la personificación de la bondad.

Meditaba mucho sus obras, y fue habilidoso y admirable en las dificultades propias de la perspectiva, y en los desnudos en escorzo, poco usuales antes de él.

Masaccio: su obra.

Al volver de Pisa, trabajó en Florencia una tabla con los desnudos de un hombre y una mujer, “Expulsión de Adán y Eva del Paraíso”, en la Capilla Brancacci, en la iglesia de Santa María del Carmine en Florencia. Como no se sentía cómodo en Florencia, decidió ir a Roma. Ahí pintó el fresco de  la Pasión de Cristo con los ladrones en la Cruz, y las escenas de Santa Catalina mártir. Brunelleschi le llamó para pintar a San Pablo junto a las cuerdas de las campanas, una obra de gran calidad.

Tres obispos contrataron a Masaccio y consagraron la iglesia de Carmine y la capilla Brancacci (del cardenal Brancacci) es una capilla al final del transepto derecho de la iglesia de Santa María del Carmine en Florencia (barrio de Oltrarno). A veces se la llama la “Capilla Sixtina del primer Renacimiento” por su ciclo de pinturas, que se encuentran entre las más famosas e influyentes de la época.

Ahí Masaccio pintó en “terra verde”, es decir en claroscuro, sobre la puerta del claustro que conduce al convento, una procesión solemne de retratos donde salía Brunelleschi, el escultor Donato, y escenas de la vida de San Pedro: sanar a los enfermos, resucitar a los muertos, y la curación de los inválidos. Destacan dos escenas, la escena en la que San Pedro para pagar el tributo, saca el dinero del vientre de un pez; en dicha escena se puede apreciar la emoción del que cuenta y el afán del que recauda. La otra escena es la resurrección del hijo del rey.

Muerte de Masaccio.

Y aquí acaba esta historia, porque la muerte, a los veintiséis años de repente, provocó que quedase inacabado el encargo, fue Filippino Lippi quien la terminó.

Las cabezas de sus personajes, vivas y hermosas, le sitúan como un maestro cercano a los modernos. Todos los que han intentado aprender de la pintura, han ido siempre a estudiar la capilla Brancacci, y las reglas del buen hacer de sus figuras. Probablemente habría dado más frutos a el Arte si la muerte no nos lo hubiera quitado tan temprano. Cabe decir que murió en pleno florecimiento, y fue tan rápido, que pudo deberse a un envenenamiento de algún envidioso.

Brunelleschi sentenció “hemos sufrido una enorme pérdida”, le dolió tanto, porque le había enseñado los principios de la perspectiva y de la arquitectura.

Sus características son: vivacidad a los colores, fuerza terrible al dibujo, gran volumen a las figuras, y orden a las vistas con escorzos, todo ello nos lleva a afirmar que después de Giotto, Masaccio es el más moderno que ha existido en su tiempo.

Esto es todo por hoy, nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

Masaccio - La expulsión de Adán y Eva del Paraíso terrenal (Cacciata dei progenitori dall'Eden). 1425 - 1428. Pintura al fresco. 208 x 88 cm. Santa María del Carmine, Florencia, Italia.
Masaccio – La expulsión de Adán y Eva del Paraíso terrenal (Cacciata dei progenitori dall’Eden). 1425 – 1428. Pintura al fresco. 208 x 88 cm. Santa María del Carmine, Florencia, Italia.
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