Esta semana estamos de luto, se nos ha ido uno de los grandes, decimos adiós a Martín Chirino, el herrero del arte. Una figura clave en el panorama artístico español de posguerra, miembro destacado del grupo El Paso y cuyo arte supo atravesar fronteras y convertirse en universal. Trabajador infatigable hasta el final, fallece con 94 años. Su obra está en museos y colecciones de todo el mundo.

Martín Chirino López nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1925, su padre era jefe de taller de un astillero y también armador de buques. Ese fue el primer contacto que Chirino tuvo con el metal; sus visitas al trabajo de su padre, ver cómo se armaba y desarmaba un barco y el esqueleto que forma sus cuadernas influiría definitivamente en su obra.

Esporádicamente trabajó con su padre en el mundo de los buques, realizando diversos viajes a distintos países de la costa africana que dejarían una profunda huella en su posterior trabajo escultórico. En su adolescencia hizo amistad con Manolo Millares y con Manuel Padorno, con los que más adelante, en 1954, formarían el grupo de artistas y escritores vanguardistas de Las Palmas, y en 1955, marcharían juntos a instalarse a Madrid.

Su primera formación artística fue en su tierra natal en la Academia del escultor Manuel Ramos, después en Madrid en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en la School of Fine Arts en Londres. Realiza viajes por París, Londres, Italia y otros lugares que le permitirán apreciar y estudiar en profundidad la escultura clásica y las obras de los grandes maestros de la escultura moderna, entre ellos Julio González , Henry Moore, Jean Arp, Brancusi y Barbara Hepworth.

En 1958 entra a formar parte del grupo El Paso, que se había fundado en febrero del año anterior en Madrid, siendo el grupo de mayor relevancia en la configuración y definición de la vanguardia española de posguerra. Rafael Canogar, Luis Feito, Juana Francés, Manuel Millares, Antonio Saura, Manuel Rivera, Pablo Serrano, Antonio Suárez, Manuel Conde y José Ayllón constituyeron la primera formación de El Paso, después Martin Chirino y Manuel Viola incorporarían sus nombres al grupo, mientras se alejaban definitivamente Francés y Serrano. Para Chirino fue “un oasis de informalismo en el páramo de la posguerra española”.

Antonio Saura explicó las razones que se tuvieron en cuenta para admitir a Chirino en el grupo: “Chirino es uno de los pocos escultores españoles que han sabido encontrar una fórmula expresiva que sintetiza felizmente las más actuales preocupaciones espaciales con una tradición española desgraciadamente olvidada en los últimos lustros: la forja. Desde los antiguos herreros españoles que dejaron su mejor huella en las magníficas rejas de nuestras catedrales, pasando por Gaudí y Julio González, Chirino participa de una forma personalísima en esta nueva posibilidad expresiva, hecha de rusticidad, contención y austera violencia, en la cual se intuye una futura escultura española y universal.”

Chirino tiene en el hierro su material predilecto y en la forja su medio de expresión. Lo que un niño podría hacer con una barra de plastilina, él lo hace con el hierro, lo dobla y lo curva aportando ligereza a las formas.

Como amante de su tierra, vuelve a su tierra natal; sus cenizas irán a parar al cementerio de Vegueta en Las Palmas de Gran Canaria, en donde tiene una parcela. Otra parcela más grande tiene en el cielo de los escultores. Esto es todo por hoy, hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

Martín Chirino – El Viento, Espiral del Viento II, 1992. Hierro cortén forjado. 165 x 165 x 42 cm. Colección Patrimonio Nacional. Presidencia del Gobierno. Palacio de la Moncloa. Madrid.
Martín Chirino – El Viento, Espiral del Viento II, 1992. Hierro cortén forjado. 165 x 165 x 42 cm. Colección Patrimonio Nacional. Presidencia del Gobierno. Palacio de la Moncloa. Madrid.
Martín Chirino – El Viento, Cuenca, 1963. Hierro forjado. 56 x 56 x 15 cm. Fundación Juan March. Museo de Arte Abstracto. Cuenca.
Martín Chirino – El Viento, Cuenca, 1963. Hierro forjado. 56 x 56 x 15 cm. Fundación Juan March. Museo de Arte Abstracto. Cuenca.
Martin Chirino - Alfaguara, El Sueño III, 2003. Hierro forjado pavonado. 46 x 134 x 46 cm. Colección del Autor.
Martin Chirino – Alfaguara, El Sueño III, 2003. Hierro forjado pavonado. 46 x 134 x 46 cm. Colección del Autor.
Martín Chirino – Lady Tenerife, 1970. Chapa de acero soldada y pintada al duco. Color rojo anaranjado. 407 x 708 x 348 cm. Colegio de Arquitectos de Canarias. Demarcación de Tenerife.
Martín Chirino – Lady Tenerife, 1970. Chapa de acero soldada y pintada al duco. Color rojo anaranjado. 407 x 708 x 348 cm. Colegio de Arquitectos de Canarias. Demarcación de Tenerife.
Martín Chirino – Lady Harimaguada, 1996. Chapa de acero soldado y pintado al duco de color blanco. 600 x 1.000 x 400 cm. Colección del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
Martín Chirino – Lady Harimaguada, 1996. Chapa de acero soldado y pintado al duco de color blanco. 600 x 1.000 x 400 cm. Colección del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
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