Por estos días la National Gallery de Londres rinde tributo a la figura de Joaquín Sorolla (1863-1923) con la muestra “Sorolla, maestro español de la luz”, compuesta por sesenta y tres cuadros traídos desde diversos museos y colecciones privadas del mundo, con ello se pretende acercar su figura y su arte al mundo anglosajón; resulta chocante atisbar cómo el maestro valenciano no es tan conocido fuera de España, parece que el día de la inauguración el mismo príncipe Carlos de Inglaterra comentó que nunca había oído hablar del pintor, y la verdad es que es sorprendente.
La muestra tras su paso por Londres, donde permanecerá hasta Julio, llegará también a Dublín en Irlanda. Las obras de Sorolla ya habían sido expuestas en la capital británica en 1908, en aquella ocasión se expusieron 300 cuadros del artista en Grafton Galleries y se le calificó como “el mejor pintor vivo del mundo”. Entre los visitantes a la muestra estaba Archer M. Huntington, que acababa de fundar la Hispanic Society of America, y se entusiasmó con su obra, encargándole ejecutar en Manhattan un mural de setenta metros de largo por tres de alto sobre regiones españolas; aquello cambió la vida del artista y su popularidad de por vida.
Aun así afirman los medios que su rehabilitación como artista español internacional, que vivió entre Goya y Picasso, vino con una exposición que en el año 2009 le dedica el Museo del Prado. Ahora en Londres podrán valorar su precoz virtuosismo, lo que le permitió ser un gran pintor dramático de temas sociales, un gran retratista y un maestro en captar la luz del mar mediterráneo.
Una obra que capta magistralmente esa luz es “Fin de jornada” de 1900, un óleo que está en la exposición y que la familia quiere vender por cinco millones de euros fuera de España, en nuestro país no tiene mercado. El Orsay de Paris y National Gallery ya han mostrado interés porque esta obra, además de su belleza, marca un punto de inflexión en la carrera del artista. El Estado español la ha declarado inexportable regulada por la Ley de Patrimonio Histórico artístico, en su día sí tuvo permiso de exportación, ya que no es la primera vez que los herederos se proponen venderla, pero finalmente no se vendió; los bisnietos del maestro, que son siete, atraviesan una situación económica difícil, veremos en qué queda.
A nivel de mercado, el récord más alto en subastas se alcanzó en el año 2003 en la casa de subastas Sotheby’s con la obra “La hora del baño” de 1904, que se vendió por 5,5 millones de euros en Reino Unido. En España su cotización aparece estancada o en descenso, la obra más cara comprada en España es de 1990 “Francisqueta, figura de pescadora valenciana” por la que se pagó un millón y medio de euros.
Al margen del valor económico y de anécdotas, el creador de “Triste Herencia” es uno de los pintores posimpresionistas más importantes del mundo, que supo como nadie captar en sus lienzos, con su técnica característica, la belleza de una España que se abría a los inicios del siglo XX.
Ahora, los herederos reclaman la misma generosidad que tuvieron los Sorolla al ceder al Estado español los fondos y la casa Museo Sorolla. Esto es todo por hoy, hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/