Comentar un cuadro: La Pesadilla – Johann Heinrich Füssli. 1781.
La pesadilla.
“La Pesadilla”, 1781 de Johann Heinrich Füssli es un óleo sobre lienzo que mide 101 X 127 cm., está en Detroit, Estados Unidos, en el Detroit Institute of Arts. El pintor hizo varias versiones sobre el tema, siendo la más famosa la que hoy comentamos de 1781.
La pesadilla en la Historia del Arte.
Desde tiempo inmemorial el hombre viene analizando lo que ocurre en el mundo de los sueños, las manifestaciones artísticas en torno al onirismo son recurrentes y nos remontaríamos al Paleolítico hace miles y miles de años para aportar ejemplos de cómo el mundo de los sueños ha sido temática de las artes.
Con evidencia en la Edad Media los capiteles se plagaron de imágenes de seres demoníacos, fantasmales, y El Renacimiento trajo enormes maestros que escondían iconografías esotéricas en sus aparentemente canónicas imágenes.
El autor de la Pesadilla: Johann Heinrich Füssli.
Johann Heinrich Füssli (Zúrich, 1741 – Londres, 1825), fue un dibujante, pintor, historiador del arte y escritor suizo, posteriormente establecido en Gran Bretaña, donde es conocido como Henry Fuseli.
Füssli es una figura fundamental en la transición entre el neoclasicismo y el romanticismo, y es uno de los artistas pioneros en la exploración de lo irracional (hecho por el que algunos historiadores del arte lo comparan con Goya). Su figura fue reivindicada por los expresionistas y surrealistas, que lo consideraron un predecesor.
Con “La Pesadilla” nos ha dejado una obra criptica, emocional y subjetiva, muy cercana a la concepción de lo sublime, de seres fantásticos e imágenes impactantes cercanas al romanticismo oscuro, nocturno y terrorífico que acechaba algunas manifestaciones artísticas para desembocar en el simbolismo para, a su vez, derivar sin tregua hacia el surrealismo que hoy sigue tan vivo.
La Pesadilla: el cuadro.
La pesadilla (The Nightmare en inglés), también conocida como El íncubo. Una bella y joven mujer duerme en un diván entregada al descanso, de su cuerpo emana una luz que le da pureza, pero la escena esta turbiamente compartida por otro personaje, un íncubo, demonio propio de sueños eróticos, que sentado sobre el torso de la joven parece dudar qué hacer, si poseerla o ignorarla. La escena es contemplada por un animal cuya cabeza emerge de un cortinón, un caballo con aspecto bobo y ojos inquietantes.
Lo terrorífico en la Inglaterra del siglo XVIII.
El mundo de lo terrorífico y fantasmal poseyó un especial atractivo en la Inglaterra del siglo XVIII, y este tipo de obras llenaron las delicias de una sociedad ingenua, que se sentía desprotegida y que quizá era todavía demasiado crédula…, o que quizá pronosticaba que algo de gran magnitud acechaba: La guillotina.
Buen fin de semana, dulces sueños, y hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/