Las tragedias suceden.

Las tragedias suceden, en todos los ámbitos, de cualquier manera y en el momento más inesperado, y hay que estar preparados ante cualquier eventualidad. Lo vimos hace unos meses en el Museu Nacional de Brasil, cuando en septiembre del pasado año fue devorado por las llamas, y más recientemente en la Catedral de Notre Dame en París, cuando también el fuego arrasó con gran parte de su estructura y ahora se están presentando proyectos de lo más dispar para su reconstrucción. También en París a mediados de 2016 fueron las inundaciones las que hicieron que el Museo del Louvre evacuara más de 200.000 obras y las pusiera a salvo.

Y cuando se es consciente de que cualquier cosa puede pasar, la prevención se convierte en una herramienta poderosa absolutamente necesaria.

El Museo del Prado hace los deberes.

Casualidades o no, el caso es que al mismo tiempo que ardía Notre Dame, cuatro días antes para ser exactos, el Museo del Prado contrató a la única entidad que se había presentado al concurso público para la redacción de un “Plan de protección de las colecciones”.

Estrella Sanz Domínguez, profesora de restauración en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y experta en gestión de riesgos y planes de emergencia, es la encargada de darle forma a este plan que el Museo quiere implementar para tener a salvo el Patrimonio Histórico Artístico que atesora.

Sanz Domínguez tiene ahora un plazo de veintidós meses por delante para identificar riesgos tales como incendios, ataques terroristas o robos, que pudieran amenazar las obras. El objetivo es redactar un plan de evacuación masiva de las piezas, que implicará el estudio pormenorizado de itinerarios y cálculo de superficies y recursos necesarios para el almacenamiento provisional y la evacuación.

También tiene que establecer el orden y jerarquía de obras que deben salvarse en primer lugar, creando un fichero de 250 obras prioritarias. Este es el punto de debate, y tú, ¿qué obra salvarías?

Precisamente de 250 obras fue el listado que en agosto de 1936 el subdirector del Prado, Francisco Javier Sánchez Cantón, dio a un conserje en el que establecía las que deberían ser retiradas de forma prioritaria.  Entre noviembre de 1936 y febrero de 1938 el Gobierno republicano organizó 22 expediciones con casi 2.000 obras, 361 de ellas del Museo del Prado, primero a Valencia, más tarde a Barcelona, Figueras y finalmente a Ginebra a la sede de la Sociedad de Naciones en donde permanecieron hasta su regreso al final de la contienda en 1939.

Esto es todo por hoy, buen fin de semana hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

Museo del Prado - traslado de obras, 1936.
Museo del Prado – traslado de obras, 1936.
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