Velázquez nace en 1599 en Sevilla. Su nombre completo es Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, fue el primogénito de una familia de seis hijos. Su padre era de origen portugués, perteneciente a una familia de Oporto. En las Actas Públicas su apellido paterno figura en primer lugar, pero en sus obras artísticas usaba su apellido materno.
Velázquez aprendiz, la etapa sevillana.
A la edad de once años ingresó de aprendiz en el taller de Francisco Pacheco (que más tarde será su suegro), tras un breve estancia en el taller de Francisco Herrera el Viejo, pintor prestigioso en la Sevilla del siglo XVII, pero de muy mal carácter y al que el joven alumno no habría podido soportar. Siete años más tarde, fue aceptado por la Corporación Artística Sevillana como “Maestro Pintor”. Además del conocimiento de dibujo y técnicas pictóricas, profundizó en los secretos de la iconografía del libro “Filosofía secreta”, de Pérez de Moya.
En 1620 se casa con Juana Pacheco. Su producción de esta etapa, llamada “etapa sevillana”, estuvo marcada por los influjos del tenebrismo de Caravaggio. De esta etapa destacan sus obras “Vieja friendo huevos” (en la Scottish National Gallery, en Edimburgo), “El aguador de Sevilla” (en el Wellington Museum en Londres), y la “Adoración de los Magos”, en el Museo del Prado de Madrid. En esta última, aparecen retratados miembros de su familia, su esposa, su suegro, y él mismo.
Velázquez viaja a Madrid.
En 1622 viaja a Madrid. Intentó pintar a Felipe IV, sin conseguirlo, pero sí pinta el retrato del poeta Luis de Góngora. En 1623 volvió a la Corte, acompañado de su suegro, consiguiendo la protección del Conde Duque de Olivares, realizando el retrato del monarca. También hizo varios retratos de Conde Duque, siendo nombrado pintor de Cámara del Rey a los 24 años.
En 1628 pintó sus primeras obras mitológicas, como es el caso de su célebre “Los Borrachos” (en el Museo del Prado de Madrid), en el que refleja un pensamiento estético propio de las novelas picarescas. Ese mismo año tuvo contacto con Rubens, quien le animó a viajar a Italia para completar su formación.
Velázquez rumbo a Italia.
En 1629 embarcó rumbo a Roma, y se dedicó a estudiar las obras de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael, Tiziano y Tintoretto. En la ciudad eterna, pinta “La fragua de Vulcano” (en el Museo del Prado) y ”La túnica de José” (en el Monasterio de El Escorial, en la provincia de Madrid), y en Nápoles conoció a José de Ribera, con quien mantuvo un fructífero contacto.
Velázquez, precursor del Impresionismo.
De esta etapa, destacamos de su producción, las dos vistas del jardín de Villa Medici, consideradas como manifiesto antecedente del Impresionismo. Ambas están en el Museo del Prado de Madrid, son de pequeño formato (50 x 40 aproximadamente); una es “Vista del jardín de la Villa Medici en Roma”, y la otra “Vista del jardín de la Villa Medici de Roma con la estatua de Ariadna”.
En ambos cuadros, el paisaje es protagonista, destaca la ausencia de tema, son una combinación de arquitectura, vegetación, escultura y personajes vivos que se integran de manera natural en un ámbito ajardinado. El paisaje como temática no cobró protagonismo hasta el siglo XIX, en la época de Velázquez se consideraba un género menor. Todo ello hace que esta pareja de cuadros sean realmente excepcionales y se consideren como antecedentes o relacionen con el Impresionismo.
Regreso a España.
En 1630 regresa a España, pinta “La Rendición de Breda”, también llamado “Las Lanzas” (Museo del Prado), “La Venus del espejo” (en la National Gallery de Londres), el “Cristo crucificado” (Museo del Prado), y al mismo tiempo que trabajaba como pintor, recibió los cargos de Ujier de Cámara y Aposentador Mayor de Palacio, veedor de obras y “Adquisidor de obras” para decorar el Alcázar de Madrid (actual Palacio de Oriente).
En 1633, su hija Francisca se casa con Juan Bautista Martínez del Mazo, que había entrado dos años antes como aprendiz en el taller del maestro. En 1644 fallece la reina Isabel de Borbón, su suegro Pacheco, y el príncipe Baltasar Carlos.
Segundo viaje a Italia.
En 1649 se produce su segundo viaje a Italia, con el encargo de comprar obras de arte para el Alcázar. En enero de 1651 se embarcó en la comitiva a Trento a recibir a Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV. Visitó Milán, Florencia, Módena, Roma y Nápoles. Ahí retrató a Inocencio X (actualmente en la Galería Doria Pamphili de Roma, esa obra que posteriormente en el siglo XX sería clave, casi una obsesión, en la producción del artista Francis Bacon, de la que pinto no menos de cuarenta variaciones). El pintor disfrutó de un gran respeto y consideración, recibiendo honores y distinciones.
Segundo regreso de Velázquez a España.
En 1651 desembarcó en Valencia con abundantes obras para el Palacio Real. Ese mismo año, Felipe IV le concedió el privilegio de alojamiento en la Casa del Tesoro, habitada por funcionarios reales.
Los años siguientes se centraron en conseguir el hábito de la Orden de Santiago, lo que suponía un ennoblecimiento. Destacamos de este periodo dos obras maestras, “Las Hilanderas” y “Las Meninas”, ambas en el Museo del Prado; en esta última, Velázquez se autorretrató de nuevo, en esta ocasión ya con la prestigiosa insignia de la Cruz de la Orden de Santiago, aunque alguna teoría mantiene que se añadió después por orden expresa del Rey. En esta obra maestra vemos como en las mangas de su vestido y en su mano derecha se aprecia su estilo final rápido y abocetado, y en su paleta distinguimos los pocos colores que utilizaba en sus pinturas.
Tras participar en la organización de la boda de María Teresa de Austria con el Rey Luis XIV de Francia, muere a los 61 años de edad, siendo enterrado en la Parroquia de San Juan Bautista de Madrid, desgraciadamente arrasada posteriormente en la Guerra de la Independencia, por lo que se duda del lugar en el que reposan sus restos. Esto es todo por hoy, nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/