Algunos artistas de arte contemporáneo teorizan sobre aspectos muy delicados dentro de la materia. Maurizio Cattelan (Italia 1960) es uno de los Top 100, y ahora incurre en el comisariado de la exposición The Artist is Present en el Yuz Museum (yuzm) de Shanghái, realizada bajo el patronazgo de la marca de moda de lujo Gucci. Y su labor, además de seleccionar la obra de una treintena de artistas, es reivindicar la apropiación, la copia, la falsificación; lo más denostado en materia de creación artística.
Habla en una entrevista de la copia como un noble acto de creación, una declaración de amor al maestro, un ayer transformado y reprocesado; de ahí deriva en su pensamiento hacia lo inapropiado del copyright de apropiarse del arte, propio de la sociedad capitalista, cuando tendría que ser de todos.
El perfil de este creador es muy singular, hay algo de burla al poder en toda su obra, es un Duchamp contemporáneo que entiende los resortes del poder y de la cultura y los ridiculiza para crear un cambio de paradigma. A través de la sátira, sabe cómo nos condiciona la cultura en la que hemos crecido y nos invita a adoptar una actitud escéptica. Se autoproclama obrero del arte y al mismo tiempo desprecia utilizar la creación artística para enviar un mensaje político, como hacen muchos artistas de su generación, ya que según él, empobrece el arte.
Sus propuestas son sorprendentes cuando es él quien expone, y ahora hace lo propio como comisario; ¿recuerdan el retrete de oro de 18 quilates en el Guggenheim de Nueva York?, era de él, ¿y a Juan Pablo II derribado por un meteorito?, también fue una de sus creaciones. Pueden gustar más o menos, aúna sátira con poder, lo que si es cierto es que cotiza alto en el mercado y es versátil como obrero, como falsificador, como artista y ahora como comisario. Habrá que seguirle.
Esto es todo por hoy. Gracias por estar ahí, y hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

