La semana pasada hablamos del Neoimpresionismo, el Postimpresionismo y de Georges Seurat, que murió joven de difteria a los treinta y dos años, y ya indicamos que esta semana lo haríamos sobre su discípulo y continuador de su legado, Paul Signac.

Paul Signac.

El discípulo de Seurat es Paul Victor Signac, nacido en 1863 y fallecido a los 71 años en 1935. Se convirtió en el principal representante de la práctica Divisionista, y en el teórico por excelencia del movimiento. Estudió las ciencias y las artes, y publicó varios libros sobre sus contemporáneos. Un libro importante firmado por Signac sobre teoría del arte es “De Eugene Delacroix al Neoimpresionismo”, publicado en 1899; en él coloca a su maestro Seurat en el punto culminante de la evolución técnica del siglo XIX, proceso que inicia Delacroix y que se remontaba a la pintura veneciana del siglo XVI, por la liberación del color respecto al objeto.

Signac, el Puntillismo y el Divisionismo.

Signac aplicó los principios del Puntillismo en cuadros dedicados a estancias interiores, como “Las Modistas”, de 1885, o “Domingo”, de 1890, un interior en donde la luz procede de la ventana, consiguiendo potentes contrastes entre las zonas claras y oscuras, con una composición inmóvil y artificiosa. También pintó numerosos paisajes, aunque su producción fundamental está dedicada a los temas marinos, puertos y playas.

Un ejemplo de cómo aplicó la forma divisionista al retrato es el realizado al escritor y crítico Félix Fénéon, de 1891, en donde lo reproduce de perfil sobre un fondo de formas abstractas arremolinadas. Otro ejemplo es “Tiempo de armonía”, en esta obra ofrece su visión ideológica política, su anarquismo, a través de una metáfora utópica que reclama un ideal antiurbano, una visión de futuro en la que el paisaje está al margen de la industrialización.

El Divisionismo en España lo experimentó Darío de Regoyos. Fue en Italia en donde consiguió una mayor agrupación, formando el conocido grupo de los Divisionistas.

Signac, puntillista y anarquista.

Camille Pisarro, y más tarde Henri-Edmond Cross, le siguieron por su anarquismo, por lo que se puede unir el anarquismo con el Neoimpresionismo. También en Francia, el Puntillismo fue practicado por el artista Maximilien Duce, que plasmó ambientes obreros, fábricas, y escenas industriales y proletarias, como “La fundición de hierro”, de 1889.

Trascendencia del Neoimpresionismo.

Las pautas de Seurat, trascendieron a toda Europa a partir de exhibirse “La Grande Jatte” en la exposición de Bruselas de 1887. El impacto hizo mella en jóvenes pintores. Podría decirse que el Neoimpresionismo facilitó las pautas técnicas imprescindibles para que los artistas de generaciones siguientes siguieran el factor esencial de la configuración de algunas vanguardias del siglo XX. Su herencia se encuentra en el Futurismo, en los Suprematistas rusos, en el grupo holandés De Stijl, especialmente en Mondrian.

En resumen, copiar la realidad ya no era un objetivo de los artistas, sino la experimentación respecto al color y forma.

Esto es todo por hoy, gracias por haber llegado hasta aquí, nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/