El Museo romántico de Madrid inaugura una muestra monográfica para rescatar la obra de Rafael Tegeo Díaz (1798-1856), siendo la primera exposición dedicada a este pintor romántico del siglo XIX con tintes neoclasicistas, que recibió el influjo de la pintura de Jacques Louis David. Perteneció a una generación de artistas que la Historia del Arte ha invisibilizado, debido a su compleja posición que está a caballo entre dos mundos, el Clasicismo Académico y el Purismo Romántico. Sin embargo, su producción es clave para comprender la complejidad del arte romántico español, y su moderna actitud es crucial para entender la nueva posición del artista en la sociedad, activo políticamente en su tiempo.
Destacó como pintor de grandes composiciones religiosas, como pintor de Historia y como retratista, tal y como lo habían hecho los grandes maestros que le precedieron. Pero su rica personalidad no aceptó los límites impuestos a los géneros artísticos y trascendió los hábitos de su tiempo para dedicar igual interés a las escenas de costumbres, al paisaje y a las vistas urbanas que introducía en sus composiciones, así como a la escultura, que le servía de inspiración, concediéndoles la misma relevancia que al resto de su obra. Por otro lado, sus compromisos políticos con el Liberalismo tiñeron su nombre y su actividad creativa, lo que le convirtió también en un temprano ejemplo de artista comprometido ideológicamente ante sus contemporáneos.
Fue un personaje de la historiografía singular, políticamente incorrecto, que ocupó un cargo político como concejal del Ayuntamiento de Madrid. Fue pintor de cámara de la Reina Isabel II y su marido Rey consorte Francisco de Asís de Borbón, hizo también varios retratos de artistas, de miembros de la alta aristocracia cortesana y de la burguesía acomodada de su tiempo. Su enfrentamiento abierto a Fernando VII y apoyo a la burguesía liberal le eclipsó. Sus retratos son múltiples pero su carácter brusco y oscuro le perjudicó, un rebelde de su época que no encajó en los moldes pero que ello le convierte en un personaje artista singular, de virtuosa técnica perfecta.
La muestra, repartida por distintos espacios del Museo, se compone de una treintena de obras procedentes de instituciones como Patrimonio Nacional, el Museo Nacional del Prado o el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Una excusa para caminar por las estancias de tan bello museo, que recrea la forma de vivir del siglo XIX. Gracias por estar ahí, y hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/