Paolo Veronés, un breve esbozo de su biografía.
Paolo Caliari (o Cagliari) nación en la ciudad italiana de Verona en 1528, de ahí su apelativo, Paolo Veronese, o en España, El Veronés. Fue el menor de siete hermanos. Su padre era de profesión picapedrero.
A los 14 años ingresó como discípulo y ayudante de su pariente Antonio Badile, un modesto pintor de Verona con el que se inició en el mundo de la pintura, y con cuya hija Elena se casaría más tarde, en 1556, y con la que tendría cuatro hijos.
Veronés se traslada a Venecia.
Después de un recorrido en el que caben destacar su participación en los encargos en la decoración de la villa Soranzo en Castelfranco (1551) o la pintura del retablo de la catedral de Mantua (1552), se establece definitivamente en Venecia en 1554, en donde moriría en 1588, a los sesenta años de edad.
Allí la Orden de San Jerónimo le encarga una serie de frescos para la iglesia de San Sebastián. Es aquí precisamente en donde reposan los restos de Veronés, junto al órgano.
Realizó trabajos también en el Palazzo Ducale y en la Biblioteca Marciana (o de San Marcos), ambas en la emblemática y hoy turística Plaza de San Marcos (la “única” plaza de Venecia). Fue por sus trabajos en la Biblioteca por los que se le concedió la cadena de oro de caballero en 1557.
Viajó a Roma (1560) a estudiar la Capilla Sixtina y los grandes maestros. Fue ganando experiencia, conocimiento y fama. En 1562 pintó “Las bodas de Caná”, un óleo sobre lienzo de colosales dimensiones (660 x 990 cm), para el refectorio de San Giorgio Maggiore en Venecia, que obtuvo un gran éxito y le valió el encargo de otras muchas obras.
Veronés y la Inquisición.
Veronés tuvo problemas con la Inquisición. Su obra, “La última cena”, para la Basílica de San Juan y San Pablo en Venecia, le acarreó la acusación de irreverencia y su comparecencia en 1573 ante la Inquisición; como consecuencia, el nombre del cuadro fue cambiado a “Fiesta en casa de Leví“. Hoy se encuentra en ubicada en la galería de la Academia de Venecia.
La muerte de Veronés.
Su último trabajo fue en la decoración del Palazzo Ducale, en la realización del “Paraíso” en el muro oeste de la Sala del Gran Consejo. Sin embargo, este trabajo quedó inacabado a su muerte, y fue terminado por Tintoretto.
Murió en 1588, en el momento en el que gozaba de un gran prestigio, con una buena posición económica y colmado de honores.
Veronés fue uno de los tres grandes maestros de la escuela veneciana del siglo XVI, junto con Tiziano y Tintoretto.
Venus y Adonis.
Vamos a comentar la pintura de Veronés “Venus y Adonis”, creada hacia 1580. Se sabe que el cuadro adornó una de las paredes de la “Galería del Mediodía” del Alcázar de Madrid.
Tomando como fuente la “Metamorfosis” de Ovidio, se narra la historia de Adonis. Venus (Afrodita en la mitología griega) y Perséfone se prendaron de su belleza, y tuvo que ser Zeus quien zanjara la cuestión, decidiendo que Adonis viviera un tercio del año con Afrodita, el otro con Perséfone y el tercero donde quisiera. Sin embargo, los dos tercios del año los pasaba Adonis en compañía de Afrodita.
Según distintas fuentes, Artemisa montó en cólera contra el joven muchacho, por la implicación de Afrodita en la muerte de Hipólito, y durante una cacería envió contra él un jabalí, que lo hirió mortalmente. También se dice que el jabalí fue enviado por Apolo, para castigar a Afrodita por cegar a su hijo Erimanto.
De esta manera, Perséfone, diosa de los Infiernos, disfrutaría en exclusiva del joven. Otras versiones cuentan que el jabalí era el celoso amante de Afrodita, Ares, transformado en jabalí.
Análisis de la obra.
En la obra, los amantes aparecen acompañados por Cupido (Eros) y de los perros que van a participar con Adonis en su fatal cacería. El joven reposa despreocupado sobre el regazo de la diosa. que parece sorprendida mientras mira a Cupido, que sujeta la cabeza de uno de los perros, ya nervioso por la inminente cacería.
La bella diosa, de blancas carnes, cubre la mitad de su cuerpo con un bello manto de brocado de tonalidades azules, que contrastan con la túnica naranja del cuerpo masculino.
El árbol que cobija a la pareja, y el follaje, junto a los efectos de luz, dejan sentir un incipiente corriente impresionista, ya que Veronés fue uno de sus adelantados precursores.
Esto es todo por hoy, gracias por llegar hasta aquí, nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/.
