La Mitología en el Arte.

A lo largo de las próximas entradas de nuestro blog queremos tratar el tema iconográfico de la mitología en el arte. Poco a poco, a lo largo de estos meses, iremos seleccionando diversos héroes de la Mitología, para que tú, lector, sepas reconocerlos.

El Mito de Orfeo.

Empezaremos por Orfeo. Este personaje es un héroe especial, sus hazañas no son guerreras, sino que tienen que ver con la música y con su descenso al Reino de Hades para rescatar a su esposa Eurídice.

Su padre fue el Rey Eagro, y su madre, la musa Calíope. Su gran habilidad musical con la lira y el canto le permitía estremecer a toda la Naturaleza, peces, aves, fieras, rocas…

Descenso al inframundo.

El motivo de su descenso al inframundo en busca de Eurídice se repite frecuentemente en las artes plásticas. La bella ninfa muere por la picadura de una víbora, y Orfeo, inconsolable, se arriesga a bajar a los infiernos para suplicar a Hades y Perséfone que le permitan volver al mundo de los vivos. Su canto consigue vencer obstáculos para llegar hasta ellos, el Can Cerbero, el barquero Caronte.

La pareja divina de Hades y Perséfone, conmovida por el amor de Orfeo, le permite que Eurídice pueda retornar con él a la vida con la condición de que no se vuelva a mirarla hasta que no estén arriba. Orfeo, impaciente, mira dos veces, y en esta ocasión la pierde sin remedio.

La muerte de Orfeo.

Según la tradición, Orfeo muere despedazado a manos de las mujeres Tracias, que envidiosas de su fidelidad a Eurídice se sentían insultadas. Pero este final es desdecido en otras versiones; algunos dicen que falleció destrozado por un rayo de Zeus, otros que su cabeza continúa cantando después de morir, y que su alma pasó a los Campos Elíseos, y su lira se transformó en una constelación celeste.

Orfeo en el Arte.

Jan Brueghel, Émile Lévy, Rubens, y muchos otros, han desarrollado esta temática en sus creaciones. El descenso a los infiernos, los viajes al Más Allá, son de sumo interés en el arte. Es la voz que guía el comportamiento humano en los misterios Órficos. La imagen de portada seleccionada para esta entrada es de Rubens (y taller) – Orfeo y Eurídice, 1636 – 1638. Óleo sobre lienzo. 196,5 x 247,5 cm. Museo Nacional del Prado, Madrid.

Gracias por leernos, nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

Jan Brueghel el viejo – Orfeo en los infiernos, 1594 – 1600. Óleo sobre cobre. 26 x 35 cm. Pitti, Galeria Palatina, Florencia.
Émile Lévy – La muerte de Orfeo, 1886. Óleo sobre lienzo. 189 x 118 cm. Museo de Orsay, París.
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