Restauración a la vista.

Todos los grandes museos del mundo tienen una obra de arte que les representa, Las Meninas de Velázquez en el Museo del Prado, El Guernica en el Museo Reina Sofia, La Gioconda en el Louvre etc. Gracias a estas obras atraen miles de visitantes al año y como las obras hay que vigilarlas, limpiarlas, y restaurarlas, apartarlas un periodo prolongado puede decepcionar al público visitante.

El Rijksmuseum de Ámsterdam ha introducido su obra emblemática, Ronda de noche de Rembrandt en una urna para que trabajen investigadores y restauradores sin privar al público de ella; la última restauración fue de 1975 y ya le tocaba el turno al mejoramiento de las condiciones del lienzo, sin por ello menoscabar su exhibición. El escaparate de cristal en el que trabajan diversos profesionales, ha sido diseñado por el arquitecto francés Jean Michel Wilmotte y va a ser una misión que se prolongue los próximos dos años y en el que el público podrá ver trabajar a historiadores y restauradores sobre una de las telas más importantes del barroco holandés del siglo XVII.

Los periplos de Ronda de Noche.

Rembrandt emprende la creación de este encargo en la década de los años cuarenta del setecientos, 1640 – 1642, aunque el título del lienzo es La ronda de noche, su nombre original era La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh. Fue encargada por la Corporación de Arcabuceros de Ámsterdam para decorar el Gran Salón sede de la milicia. Debido a esto, Rembrandt usó monumentales dimensiones para el lienzo 3,79 X 4,53 cm.

El lienzo ha sufrido varios percances, en 1715 fue llevado desde la sede de la milicia hasta la sede del Ayuntamiento y como no cabía en la sala prevista le recortaron parte del lado izquierdo, en 1911 fue atacado por un sujeto con un cuchillo, pero del daño no paso del barniz; en 1939 fue evacuado a un escondite en Maastricht con 30.000 obras más por miedo a los bombardeos nazis a la población; en 1945 regresa a Amsterdam y cuando se evaluaba su restauración un loco lo acuchillo 12 veces; en 1990 otro loco le echo acido, el barniz protegió la pintura; todo un periplo vital de la obra que nuevamente se va a mejorar para prevenir deterioros futuros.

La niña, ¿es Saskia?

La obra pertenece a un periodo de creación del artista en el que con treinta años y sin abandonar el claroscuro vuelve a tratar temas más amables y la calidad atmosférica de la obra gana en transparencias y en complejidades tonales, matizando luces y sombras y creando una atmosfera trepidante y vigorosa. Iconográficamente es un retrato en grupo, los componentes pagaron al artista por estar en la obra y pasar a la posteridad; hay un personaje que nos fascina, la niña parece un espectro que poco tiene que ver con el resto de los personajes, muchos críticos ven en la niña un retrato de Saskia van Uylenburgh (1612-1642), primera esposa del pintor, que murió prematuramente en el año en que fue pintado el lienzo, posiblemente de tuberculosis.

Saskia era habitual modelo de muchos de los retratos del autor. Viste un traje amarillo limón y en la cintura le cuelga un gallo blanco con pinceladas azules que el pintor representó de esta singular manera.

El objetivo de la restauración es rescatar los colores originales de la obra y devolverle el esplendor original. Un buen motivo para ir Amsterdam.

Esto es todo por hoy, buen fin de semana hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

Rembrandt – La ronda de noche (De Nachtwacht), 1642. Óleo sobre lienzo. 359 cm × 438 cm. Rijksmuseum, Ámsterdam, Países Bajos.
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