Modigliani, un italiano que pinta en París. Poco le duro la vida a Amadeo, apenas 35 años y con una salud que le fallaba desde la tuberculosis que encubó en la adolescencia.
Judío sefardí, llegó a París a los 21 años para empaparse de las vanguardias históricas que contaminaban el arte academicista.
La Tate Modern de Londres le dedica una retrospectiva que se mantendrá hasta el 2 de Abril, recreando en sus lienzos ese universo y lenguaje personal de bellas mujeres sensuales, con la cuenca de los ojos vacíos, quizá por la incomprensión que siempre tiñó sus relaciones más íntimas.
En su vida en los barrios de Montmartre y Montparnasse pintó a sus amigos, artistas, poetas, músicos y actores; Juan Gris y el mismo Picasso son personajes interpretados en la personal obra de Modigliani.
Con una historia personal tan triste como corta, Amadeo Modigliani (Livorno, 1884 – París, 1920) se dejó influenciar por el Cubismo que entonces iniciaban Picasso y Braque; por el Fauvismo propio del mismo Matisse o del tan asimilable Expresionismo, creando a su vez un lenguaje propio, muy reconocible y censurable para una época pretérita y en pro de la libertad del artista.
Una poeta rusa, una editora y escritora británica, una pintora francesa y el alcohol y las drogas fueron compañeros de este galán latino, inteligente y bohemio que murió envuelto en penurias y cuyas obras ahora se vender por millones de euros (Christie’s subastó una en el 2015 por 158 millones de euros).
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