Estos días estamos de enhorabuena, la Unesco ha inscrito la Ciudad Califal de Medina Azahara en la Lista de Patrimonio Mundial. De esta forma, Córdoba se convierte en la única ciudad en el mundo con cuatro declaraciones de Patrimonio, y España se sitúa como tercer país del mundo y segundo de Europa con más lugares inscritos, cuarenta y seis en total, solo por detrás de China e Italia.
Medina Azahara es una ciudad que ha llegado a nuestros días intacta, después de su destrucción nunca se construyó sobre ella, convirtiéndose así en una evidencia física del Califato de Córdoba, algo único en Occidente. Es por tanto un sitio excepcional por el grado de conservación y va a permitir poder seguir investigando en el futuro. Son 115 hectáreas de extensión y solo están excavadas el 10%, queda el 90% por investigar y el resultado no lo vamos a ver nosotros; es un trabajo de generaciones de arqueólogos, de restauradores y arquitectos que tendrán que continuar.
Medina Azahara (Madinat al-Zahra) o la “Ciudad Brillante“, para los musulmanes, fue construida en las faldas de la serranía cordobesa (en el Chabdál al-Arus o “Monte de la Novia”) al noroeste de Córdoba capital. Se trata de uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de España, que fue mandado construir por el primer Califa cordobés, Abderramán III (Abd al-Rahmán III, an-Násir, “El Victorioso”).
Abderramán III comenzó la construcción de Medina Azahara en el año 936. El califa quería mostrar al mundo la grandeza y superioridad de la dinastía Omeya y proyectó su deseo en esa ciudad a los pies de Sierra Morena, justo donde la montaña penetra en el valle del Guadalquivir. Después de un próspero periodo de casi ochenta años, Medina Azahara fue saqueada durante la guerra civil sucesoria de 1009-1010 que acabó con el poder de los califas. Los restos de la ciudad cayeron en el olvido durante más mil años, hasta su redescubrimiento en el primer tercio del siglo XX
A mediados del siglo X Medina Azahara poseía una red de agua corriente que abastecía a todos sus edificios, tenía 25.000 habitantes que eran la élite de la ciudad de Córdoba, enclave que entonces contaba con más de 500.000 habitantes, mientras que París tenía 50.000 y en Londres solo vivían 12.000 personas. Era en aquel momento el lugar más importante y avanzado del mundo, vivieron allí científicos, músicos, astrónomos, médicos, filósofos y matemáticos cuyo trabajo fue clave para la posterior aparición del Renacimiento cinco siglos más tarde.
Esto es todo por hoy. Enhorabuena a Córdoba y a Medina Azahara. Gracias por estar ahí, y hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/