Lina Bo Bardi fue una excepcional arquitecta, artista, diseñadora, activista política, comisaria de exposiciones, escritora y editora. Quizás para muchos de nuestros lectores no sea una figura especialmente conocida, ello quizás se debe a la época que le tocó vivir, el hecho de ser mujer en una época en la que la arquitectura era una profesión en la que predominaba especialmente el hombre, y a que su actividad la desarrolló en Brasil.
Nació con el nombre de Achillina Bo en Roma en 1914 y allí se formó como arquitecta. Llegó a Brasil en 1946 junto a su marido, el crítico y coleccionista de arte Pietro María Bardi, formando parte de la gran ola migratoria europea de la posguerra.
Lina entendía los edificios como obras inacabadas que solo cobran vida con sus propios usuarios, posicionando a las personas en el centro de sus proyectos. Ella decía que La libertad del artista siempre ha sido “individual”, pero la verdadera libertad solo puede ser colectiva. Una libertad consciente de sus responsabilidades sociales que puede derribar las barreras de lo estético.
Esta forma de pensar se manifiesta claramente en tres de sus proyectos más emblemáticos: el Museo de Arte de Sao Paulo, el Centro Cultural SESC Pompéia, y la famosa Casa de Vidrio, la primera obra construida de Lina Bo Bardi y su propio hogar hasta su muerte. Su diseño, realizado a los cuatro años de llegar a Brasil, contiene remanentes de las sensibilidades europeas que traía consigo desde su Italia natal. Es un volumen de vidrio muy acorde a las ideas de Mies van der Rohe, con un enorme espacio abierto y vidriado que se une al frondoso exterior. La casa flota, en una bella liviandad, sobre delgados pilares que la sostienen del terreno en pendiente. En 1995, tres años después de la muerte de Lina, su marido donó la casa para que fuese la sede del Instituto Lina Bo e P.M Bardi, rol que ocupa hasta el día de hoy.
Ahora en Madrid en la Fundación March recuperan su figura en la exposición “Lina Bo Bardi: tupí or not tupí. Brasil, 1946-1992”, que podemos visitar hasta el próximo 30 de enero. Esta muestra coincide con un periodo de recuperación de la figura de Bo Bardi a nivel internacional, pero nace de las investigaciones desarrolladas por su comisaria, Mara Sánchez Llorens, para su tesis doctoral. De hecho, podemos entenderla como el fruto expositivo de sus estudios. El objetivo de la exposición es presentar a Lina y narrarnos, a través de su obra y de la de algunos de sus contemporáneos, el panorama artístico y cultural del Brasil de la segunda mitad del siglo XX.
A través de más de 300 objetos, en su mayoría cedidos por el Instituto Bo Bardi (con sede en la Casa del Vidrio, uno de sus edificios emblemáticos) podremos descubrir las analogías de su obra y su atención a lo social y al disfrute, a lo colectivo y a la creación participativa, con la antropofagia de los veinte o el tropicalismo de los sesenta. También se exhiben imágenes de José Manuel Ballester, quien, por encargo de la Fundación March, ha fotografiado tres edificios de la artista
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