Las atribuciones de autorías.
Nos encontramos por estos días una noticia en los medios de comunicación que trata sobre una obra de Alonso Cano (Granada, 1601 – 1677). Es una “Virgen leyendo”. Parece ser que la obra podría ser un fragmento de una Anunciación. Hasta hace muy poco, el lienzo estaba atribuido al pintor Diego González de la Vega (Madrid, 1628 – 1697).
José María Quesada, un Historiador que lleva años trabajando en los inventarios de bienes muebles de la Iglesia Católica en la Comunidad de Madrid, acudió a la Iglesia de San José, en la calle de Alcalá, junto con Andrés Úbeda, Conservador del Museo del Prado, a ver esta obra, y piensan que podría ser atribuida a la mano de Alonso Cano.
El estilo.
Parece ser que la obra se sitúa estilísticamente cercana a dos pinturas de Alonso Cano: “El Milagro del Pozo”, que está en el Museo del Prado, y el “Cristo de la Humildad”, de la Parroquia de San Ginés, en Madrid.
Es decir, una obra tantos siglos atribuida a González de la Vega, ahora resulta que es de la mano de Alonso Cano, ¿por qué llegan a esta conclusión? Aluden como una razón de peso que se trata de una figura exquisita, y González de la Vega no pintaba así; él tiene un modelo femenino muy característico que se repite constantemente: cuerpo ancho, cara redonda, nariz y boca menudos, ojos rasgados.., y la obra en cuestión no posee estas características. Es una Virgen muy veneciana, y aunque Alonso Cano no estuvo en Venecia, sí se empapa de la pintura veneciana existente en las Colecciones Reales. En ella, aparecen hermosas veladuras, un magnífico dibujo, la elegancia de la modelo, y una concepción y factura más cercana a Alonso Cano que a González de la Vega.
La procedencia.
Esta obra en cuestión, procede del Museo de la Trinidad, que tras las Desamortizaciones, pasa a pertenecer al Museo del Prado en 1872. El Convento contaba con 1.500 pinturas, y como El Prado no tenía capacidad física para acogerlas, se dispersaron a través de depósitos por toda la geografía española. A partir de ahí, varias obras fueron erróneamente atribuidas, y ésta fue una de ellas.
El Museo del Prado atesora la mejor colección de obras de Alonso Cano, junto a la Catedral de Granada. Hay una falta de espacio en las salas de El Prado que obliga a la institución a guardar la mayor parte en los almacenes.
La expertización.
Cuando se normalice la situación, a la obra en cuestión se le levantará el depósito e irá para su estudio y análisis técnico a los talleres del Museo, y los resultados se contrastarán con los de las obras de Alonso Cano conocidas.
Hay que entender mucho para hacer atribuciones fidedignas. Javier Portús, conservador de Pintura española de El Prado, ha visto cualidades compositivas cercanas a Alonso Cano, que tiene un temperamento artístico distinto a Velázquez, de quien Cano era amigo. Cano es un pintor muy equilibrado y clasicista, cromáticamente conservador. Y para llegar a estas conclusiones, hay que tener un buen ojo y conocer la trayectoria y las obras de un determinado artista para razonar una atribución.
Todo esto nos hace reflexionar sobre la importancia de la investigación y la expertización de obras de arte. En Tasararte continuamente nos entran obras supuestamente de Goya, Dalí, Miró, Botero, Casimiro Sainz, Rosales, Sorolla y tantos otros que hemos tenido que investigar y dar los pasos oportunos (investigación, consultar con el experto mundial del artista, análisis de laboratorio) para finalmente, en la mayoría de los casos, dar la noticia de que son falsos; aunque no siempre.
Esto es todo por hoy, hasta aquí hemos llegado; nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/