El cuadro: La mujer barbuda.
El título original de la obra es “La mujer barbuda (Magdalena Ventura con su marido)”, un óleo sobre lienzo de 196 x 127 cm perteneciente a la Fundación Casa Ducal de Medinaceli y que actualmente se encuentra en depósito y expuesto en el Museo Nacional del Prado en Madrid.
El cuadro fue un encargo de Fernando Afán Enríquez de Ribera y Téllez-Girón, III duque de Alcalá de los Gazules, VIII conde de los Molares y V marqués de Tarifa, quien al enterarse de la existencia del personaje retratado la invitó personalmente a su palacio de Nápoles para que fuera retratada por José de Ribera, del que era mecenas habitual.
Magdalena Ventura, la mujer barbuda.
Magdalena Ventura padecía de forma muy acusada lo que hoy en día conocemos como hirsutismo, una afección que afecta a la mujer y que consiste en un crecimiento excesivo de vello siguiendo un patrón masculino de distribución, es decir, en patillas, bigote, barba, cuello, pecho, espalda,…
Era usual en aquella época la iconografía de personajes especiales, curiosidades de la naturaleza, tales como enanos, bufones o, en este caso, una mujer barbuda, siendo su representación muy popular en la sociedad europea y en la corte de Felipe IV.
Para afirmar la veracidad de la imagen, este tipo de retratos se solían atestiguar con una inscripción que recogía el nombre de la persona retratada, su edad y la fecha en la que se pintó, lo que otorga un carácter documental a este tipo de obras que querían recoger este tipo de curiosidades excepcionales.
En nuestro caso, gracias a la descripción que aparece en latín en las lápidas que figuran en el lateral derecho, tenemos mucha información acerca de esta obra.
La inscripción lleva por título “El gran milagro de la naturaleza”, y narra que la mujer Magdalena Ventura, napolitana de la ciudad de Accumoli, es retratada a la edad de cincuentaidós años. Cuenta que le creció la barba cuando contaba con treintaisiete años, a pesar de haber tenido tres hijos con su marido, Felici de Amici, quien figura retratado a su lado, detrás suyo. A continuación la inscripción versa sobre su autor, José de Ribera, y termina diciendo que el cuadro se pintó del natural por encargo del Virrey de Nápoles, el 16 de febrero de 1631.
José de Ribera representa a la mujer con gran dignidad, prácticamente inexpresiva, con una postura estable, sujetando entre sus brazos a un niño que, muy probablemente, no era suyo debido a su edad y a su avanzado hirsutismo. Sobre las lápidas hay un huso, que alude a las labores femeninas, junto a un molusco, símbolo hermafrodita.
El pintor de la mujer barbuda: José de Ribera “El Españoleto”.
José de Ribera nació en Játiva, en la provincia de Valencia, bautizado en 17 de febrero de 1591, y murió en Nápoles en 1652. Fue pintor, dibujante y grabador, y desarrolló toda su carrera en Italia, especialmente en el Reino de Nápoles en donde se estableció en 1616, que en aquella época dependía de la Corona Española.
Fue también conocido por su nombre italianizado Jusepe Ribera y por el apodo Lo Spagnoletto (“El Españolito”) debido a su baja estatura y a que reivindicaba sus orígenes, siendo común que firmara sus obras como español, valenciano y setabense (gentilicio de Játiva), o bien simplemente como español.
Gozó en vida de gran celebridad en la corte de Nápoles, se le nombró miembro de la Academia de San Lucas, y en 1644 el Papa Urbano VIII le distinguió con la orden de Cristo. Cuando Velázquez hizo su primer viaje a Italia en 1630 visitó a su famoso compatriota.
Ribera es profundamente español por inspiración, pero su manera tiene gran influencia italiana, especialmente de Caravaggio, cuyo estilo predominaba en aquella época. Adoptó los descubrimientos en la manera de introducir la luz en el cuadro y de repartirla científicamente entre los distintos elementos, pero su composición no era tan rigurosa como la de Caravaggio, y su materia, en la que dominan amplias pastas, es muy diferente de las superficies lisas del italiano. Además, dio a sus obras un carácter de crudeza, de deformidad, en la que se manifiesta su temperamento español, que no se encuentra en Caravaggio ni en los demás pintores italianos del siglo XVII.
La mujer barbuda no es la única en la historia de la pintura.
Es posible que Ribera conociese el cuadro de “Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda”, pintado por Juan Sánchez Cotán en 1590. También lo vemos en el retrato de “Antonietta Gonsalvus”, quien padecía hipertricosis (o síndrome del hombre lobo), pintado por Lavinia Fontana en 1583. Igualmente Goya hizo un dibujo de una “Mujer barbuda con niño”, mirando a su hijo de forma afectuosa mientras éste se entretiene con su barba. En el dibujo escribió: “Esta muger fue retratada en Nápoles por / Jose Ribera o el Españoleto, por los años de 1640”, cuyo original se encuentra en el Museum of Fine Arts de Boston.
Esto es todo por hoy, y esta obra de Ribera es la que hemos escogido este año para nuestra felicitación navideña, que ya veréis en unos días; nos despedimos hasta nuestro próximo blog www.tasararte.com/blog/