Sin duda, en el caso que nos ocupa, ambas. La fotografía científica de Luis Monje, además de ciencia, es arte. Lo podemos comprobar si visitamos la exposición “Fotografía Científica. Luis Monje” en la Sala de Exposiciones de Caracciolos de la Universidad de Alcalá (UAH).
Luis Monje nació en Guadalajara en 1959. Su carrera y hasta donde ha llegado tiene mérito. De adolescente, con diecisiete años, tuvo una meningitis que a punto estuvo de acabar con su vida, de hecho, recibió dos veces la extremaunción; como consecuencia se quedó sordo. Luchador incansable, estudió en la Universidad de Alcalá (UAH) Ciencias Biológicas con grado de Geobotánica. En 1998 ganó por oposición la plaza de titulado superior en imagen científica de la UAH y pasó a dirigir el Gabinete de Fotografía Científica de la universidad, en donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Es uno de los pocos expertos mundiales en dominar todas las ramas de la fotografía científica. En 2014 organizó el I Posgrado Internacional en Imagen Científica, que alcanzó un gran éxito y se convirtió en la primera titulación mundial universitaria en esta área. Imparte cursos y conferencias por todo el mundo, es también periodista científico en distintos medios y ha publicado diecisiete libros. Presidente de la Asociación Española de Imagen Científica y Forense (AEICF), miembro de honor de la Asociación Profesional Europea de Peritos Judiciales de Investigación y Criminalistas Forenses, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Cine e Imagen Científicos (ASECIC), de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara (AFGU), de la Asociación Española de Técnicos Especialistas en Fotografía Científica (AETEFC), de la European Image Association (EIA) y de la International Wildlife Photography (IWP). También ha participado en numerosas expediciones internacionales, con las que ha fotografiado en setenta y dos países, desde el polo ártico al antártico.
Entiende la fotografía científica no como una especialidad en sí sino como un conjunto de complejas técnicas que abarcan más de treinta ramas, por citar algunas, la fotografía forense, macrofotografía, supermacro, infrarroja, ultravioleta, con luz polarizada, termografía, de Schileren, de naturaleza, botánica, planetaria…, aunque a él le gusta separarlas en dos grandes secciones: la que puede captar el ojo humano y las que no. En el primer caso son imágenes que documentan y prueban aquello que el investigador ha observado; en el segundo están las fotos encargadas de registrar los fenómenos que el ojo humano no puede captar, a través de técnicas como rayos x, infrarrojo, fotomicroscopía, astrofoto o aquello que ocurre lentamente, como la apertura de una flor, o a velocidad vertiginosa, como un disparo.
Desde el ojo de una hormiga a los anillos de Saturno, todo lo podemos contemplar en esta muestra de cerca de mil imágenes, unas cien enmarcadas y el resto en montajes audiovisuales, y que podemos visitar hasta el 21 de septiembre.
Esto es todo por hoy. Gracias por estar ahí y hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/
