En la imparable evolución cultural el hombre va poniendo a su alcance distintas herramientas para su día a día; esas herramientas nuevas también las encontramos en las nuevas tecnologías para la creación artística, para encontrar nuevos campos hacia los que producir obras de arte, en los que los artistas inspiran su creatividad, mensajes que dan pie a la reflexión. El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) nos sorprende estos días con una muestra “Big Bag Data“ en la que distintas instalaciones nos ofrecen la lectura de grandes procesos globales y su influencia en todos los ámbitos de la vida privada y pública. Artistas que enfrentan al visitante a 2,3 millones de uniformes de presos o encarcelados en Estados Unidos, otro artista ha documentado prácticas sexuales a lo largo de un año, un dia en el tráfico aéreo en Estados Unidos, la mercantilización y difusión a escala planetaria de la vida privada generada por la llegada de las redes sociales. Estas instalaciones hacen reflexionar y ofrecen una lectura atípica de los datos; curioso modo de producir obras de arte que protagonizan una muestra inteligente, en la que se implica el proceso reflexivo del espectador-visitante. También el Espacio Fundación Telefónica ofrece otra muestra atípica del Mexicano Rafael Lozano-Hemmer (México 1967) titulada “Abstracción biométrica“ con nueve piezas de aspecto cibernético, que toman como contenido las constantes vitales de los visitantes. ¿A dónde vamos a llegar en producción de arte?. La experimentación y la búsqueda de captura de más sentidos que la simple vista siempre es positiva, pero hay muestras que nos desconciertan!!!, y volviendo a telefónica, estas plataformas de autorrepresentación son entornos en los que el público es el que da el contenido, se basan en la captura de datos del cuerpo humano con instalaciones con nombres tan prosaicos como almacén de corazonadas, Matriz de voz, respiración circular y viciosa. El arte poco a poco va derivando sus contenidos a espacios impensables, pero en nuestro permanente afán de abrir la mente, siempre valoraremos y respetaremos sus propuestas, sintiéndonos con la obligación de comprender cada paso como indisensable hacia la evolución.

Y también los contenidos vuelven a entroncar con parámetros de estética. Víctor Soler (Castellón 1971), un ilustrador, ha desarrollado un particular modo de producir imágenes asociadas al cine, con una estética muy pop, juega a inventarse finales alternativos, sacarse de la manga realidades distintas a las que captan las cámaras, a fantasear, eso lo consigue con lápices digitales y un ordenador (Si Cezanne levantara la cabeza!!!, no daría crédito a lo que ahora usan los artistas para crear obras de arte). La Galeria Kreisler de Madrid expone esta muestra titulada “Lo que el cine no contó“. Y fíjense ustedes que esta exposición es más conservadora que las que hemos descrito sobre éste párrafo….

Todo cabe en el mundo de arte, hasta los escombros, dicen algunos pensadores y comisarios que en esta cultura va tomando posición como temática el tema de los escombros y la decadencia de arquitecturas como motivo de obras de arte y es cierto, nosotros mismos nos vemos fascinados por locales destartalados que conservan algo bello en su decadencia, y ARCO 2014 estaba repleto de arquitecturas que el paso de los años había degradado y convertido en ruina. Ya vimos temáticas de este área desde el siglo XVIII y XIX en Fuselli, Turner, Piranesi, Constable y su belleza asociada al romanticismo o al simbolismo para llegar como en un hilo conductor al siglo XXI, esto nos lleva a la Tate Britan con la muestra “Ruis Lust”. También por estos dias podemos señalar una temática similar en el cine con “Los juegos del hambre” o la película “Divergente”, y es que reflexionar sobre el Apocalipsis y el paso del tiempo siempre puede sumergirnos en un mundo futuro con elementos anticipatorios en el presente. Cerramos esta semana el contenido del Blog con un nuevo récord de ventas en Christies que se dió el martes pasado, una indecente cifra de ventas de la subasta de arte contemporáneo y de posguerra, con nuevos récords para obras de artistas que van superando sus precios de martillo, vuelven a ser Warhol, Rothko y Bacon quien nos dejan sin aliento ¿Para qué reproducir cifras?, todo esto da que pensar….”