Esta semana vamos a comentar uno de los cuadros más importantes del Museo Nacional del Prado de Madrid, existe otro cuadro idéntico, realizado por el mismo artista, en el Museo Nazionale di Capodimonte, en Nápoles; es más pequeño, y está datado prácticamente en la misma época que el del Prado. La obra a la que nos referimos es “Hipómenes y Atalanta”, de Guido Reni.

El autor: Guido Reni.

Guido Reni nació en Bolonia en 1575. En 1574 ingresó en la Academia de los Carracci, en donde trabajó sobre todo con Ludovico. En 1602 se traslada a Roma, entrando en contacto con Caravaggio, quien ejerció una enorme influencia en él; Rafael y las esculturas clásicas fueron otras de sus principales fuentes de inspiración.

Es un destacado miembro del naturalismo tenebrista, muy influido por las corrientes del más puro clasicismo. Alcanzó un gran prestigio en su tiempo, que se mantuvo durante los siglos XVIII y XIX. Menospreciado en el siglo XX, acusado de afectada sensiblería, no llegaron a valorar su visión poética, idealista y clasicista, que reflejó en sus creaciones pictóricas con un bello lenguaje plástico.

En su obra se aprecia la fusión de las influencias de Caravaggio con el monumentalismo de los Carracci.

Hipómenes y Atalanta, procedencia.

Vamos a comentar el cuadro y el mito de Hipómenes y Atalanta. Esta obra de arte, de grandes dimensiones, fue pintada en 1618 – 1619. Perteneció al marqués Giovan Francesco Serra, y fue adquirida en 1664 por Felipe IV a través del virrey de Nápoles, junto con otros diecisiete cuadros, que se colgaron en la Galería del Cierzo del Alcázar de Madrid. Fue una de las obras que se salvaron del incendio de 1734.

Ni Cosme III de Médici ni Carlos III de España vieron justificada su fama; en concreto, el soberano español lo consideró lascivo. Llegaron a querer quemarlo, pero finalmente lo asignaron a la Real Academia de San Fernando, en donde permaneció oculto. En 1827 pasó a formar parte del Museo de Pintura y Escultura del Museo del Prado, catalogado como una copia. Tras ser cedido a la Universidad de Granada en 1963, y tras un nuevo estudio, pasó a considerarse original.

Hipómenes y Atalanta, el mito.

El tema se inspira en una de las narraciones de la Metamorfosis de Ovidio. En esta composición, se aprecia el doble canon de belleza, masculina y femenina. Representa la carrera entre Hipómenes y Atalanta, donde se presagia el triunfo del primero, por ganar los favores de la bella célibe. La joven pierde un tiempo precioso al recoger las manzanas de oro, que por indicación de Venus (Afrodita en la mitología griega), Hipómenes había arrojado al suelo.

Vamos a explicarnos mejor: Hipómenes se enamora de Atalanta, la cazadora, quien rechaza la idea de  casarse porque quería mantenerse virgen. Molesta por la cantidad de hombres que admiraban su belleza mientras corría por el bosque, declaró que todo el que quisiera casarse con ella, la tendría que ganar en una carrera, sabiendo ella que era una corredora excepcional, pero con la condición de que los que perdieran muriesen castigados.

Atalanta venció a todos sus pretendientes, a excepción de Hipómenes, quien la derrotó por su astucia. Hipómenes imploró ayuda a la diosa del amor, Afrodita, quien le dio tres manzanas de oro, diciéndole que las dejase caer en tres momentos de la carrera para distraer a Atalanta. Dejó caer las dos primeras, y Atalanta las recogió, y le alcanzó en la carrera, pero cuando tiró la tercera, Atalanta se detuvo a recogerla, como hechizada. No se pudo recuperar rápidamente, e Hipómenes ganó la carrera y la mano de Atalanta.

El castigo de Atalante e Hipómenes.

Atalanta e Hipómenes vivieron felices durante un tiempo, hasta que fueron convertidos en dos leones por Cibeles como castigo por haber tenido relaciones sexuales en uno de sus templos.

Él olvidó pagar el tributo que le había prometido a Afrodita, fue esta misma diosa del amor, la que le infundió que tuviese relaciones sexuales después de volverlos locos mediante la lujuria, sabiendo que ésta era una forma de despreciar a Cibeles. Cibeles les transforma en leones, y una vez metamorfoseados, les unió a su propio carro para que tirara de él.

Y este cuadro, de gran belleza pictórica, que muestra como un baile entre los dos amantes, cuenta esta historia…

Hasta aquí hemos llegado, podríamos extendernos mucho más pero esto es todo por hoy, gracias por leernos, nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/.

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