Eusebio Sempere (Onil, Alicante, 1923-1985) es una figura clave y de las más significativas del arte español del siglo XX y el máximo representante del arte cinético en España. Ahora el Museo Reina Sofía de Madrid le rinde un merecido tributo con una retrospectiva de su trayectoria y vida que reúne alrededor de 170 obras: acuarelas, gouaches, relieves luminosos, collages, pinturas, móviles, esculturas y proyectos interdisciplinares, además de un apartado documental que abarca desde 1949 a principios de la década de 1980.
Eusebio Sempere se trasladó a París en 1949, donde tuvo oportunidad de conocer de primera mano el desarrollo del arte neoconcreto y óptico que practicaban artistas como Jesús Soto, Victor Vasarely, Jean Tinguely y Yaacov Agam, entre otros. Sus reflexiones sobre la luz quedaron reflejadas en el texto “Manifiesto de la luz”, que elaboró en 1955 junto con Loló Soldevilla. Es en esta etapa parisina cuando entra en contacto y pasa a formar parte, en 1959, del Grupo Parpalló, un colectivo de artistas de Valencia entre los que se encontraba entre Andreu Alfaro.
En 1960 regresa a España. La aportación de Sempere fue pionera del denominado arte normativo, movimiento basado en una geometría especulativa y programática. Introduce definitivamente el cinetismo en nuestro país y forma parte de la fundación del Museo de Arte Contemporáneo de Cuenca. Inicia su faceta como escultor, con la voluntad de pasar del plano a las tres dimensiones.
Sempere participa en la XXX Bienal de Venecia (1960) y en la VI Bienal de São Paulo (1961); en 1963, con una beca de la Fundación Ford, viaja por Estados Unidos, exponiendo en 1964 y 1966 en la galería Bertha Schaefer de Nueva York. 1980 fue un año importante en su vida y su trayectoria, la Dirección General de Bellas Artes y Museos de Madrid organizó una exposición antológica de sus obras y el Rey Juan Carlos le impuso la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. También fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1983.
La exposición comienza con un conjunto de acuarelas abstractas y gouaches realizados en París, obras geométricas con una especial sensibilidad por la luz y el espacio, junto con una selección de los relieves luminosos en los que empezó a trabajar en 1955. Continúa con una selección de su obra a su regreso a España. La muestra se completa con la documentación de interesantes proyectos interdisciplinares en los que trabajó y que resultan muy curiosos, además de bastante desconocidos, como la maqueta para el altar mayor de la Basílica de Aránzazu (1962), su móvil para el programa de intervenciones en los escaparates de El Corte Inglés (1963) o el escenario para el Festival de la OTI de 1972. Y También aporta documentación de su participación en 1968 en el proyecto del puente sobre el Paseo de la Castellana de las calles de Eduardo Dato y Juan Bravo, para el que diseñó una original barandilla, y sobre su intervención en el Museo de Escultura al Aire Libre de la Castellana que abrió al público en 1972.
Esto es todo por hoy. Como siempre, gracias por estar ahí, buen fin de semana y hasta nuestra próxima entrada en el blog www.tasararte.com/blog/
