Recientemente se ha inaugurado en el Museo Guggenheim de Bilbao una exposición que viene dando que hablar y es noticia desde antes de su apertura. Lleva por título “Arte y China después de 1989: el teatro del mundo”. Se sabía que iba a ser polémica porque es la misma que se expuso en el Museo Guggenheim de Nueva York en octubre del pasado año, y ya en aquel momento el museo optó por retirar tres de las obras de la muestra por presiones de grupos activistas contra la violencia animal y las amenazas de críticos que rechazaban que se use el arte como excusa en obras en las que consideran que se menoscaban los derechos de los animales. En aquel momento se recogieron más de 750.000 firmas en contra a través de plataformas online.
La muestra trata de ofrecer una visión del arte chino desde la tragedia de la plaza de Tiananmén en 1989 hasta los juegos Olímpicos de Pekín en 2008, o más que arte chino deberíamos decir arte producido por artistas chinos, no en China. A través de 120 obras de 60 artistas y colectivos artísticos, pone de manifiesto diferentes ideas, experiencias y visiones del mundo en un país que ha adquirido un papel fundamental en la conversación global.
Las tres obras de la polémica en cuestión son “Dogs Which Cannot Touch Each Other (Los perros no pueden tocarse unos a otros)”, obra realizada en 2003 por Sun Yuan and Peng Yu en la se ve en vídeo a ocho perros pitbull enfrentados sobre cintas de correr, sujetos con arneses, que intentan luchar entre ellos pero no llegan a tocarse. Otra es “A Case Study of Transference (Un caso de transferencia)” de Xu Bing, un vídeo que documenta una performance realizada en 1994 en el que dos cerdos copulan durante horas delante de público, los dos con los cuerpos pintados a modo de tatuaje, uno de ellos con caracteres chinos y el otro con caracteres latinos, una alegoría cultural. La tercera obra de la discordia es la que da título a la muestra, “Theater of the World (El teatro del mundo)”, concebida en 1993 por el artista Huang Yong Ping, una instalación a modo de terrario o jaula sinuosa en la que conviven, luchan y se devoran insectos (arañas, escorpiones, grillos, cucarachas, escarabajos negros, insectos palo, ciempiés), lagartos, sapos y serpientes.
Ahora es el turno del Guggenheim de Bilbao. Sólo retira la obra de “Los perros no pueden tocarse unos a otros” y mantiene las otras dos, a pesar de que en tan sólo diez días se han recogido más de 100.000 firmas online en su contra y de que la Federación Española de Protección Animal, que agrupa a nueve pequeños grupos de protección de animales exóticos y mascotas distintas a perros y gatos, ha denunciado en el Ayuntamiento de Bilbao que la exposición del Museo Guggenheim sobre el arte chino contemporáneo incumple la ley vasca de protección de animales. El Guggenheim mantiene estas dos obras y ha emitido un comunicado con una serie de razonamientos sobre la libertad de expresión artística y el buen trato y cuidado de los animales en la instalación.
La polémica está servida, y la pregunta final es ¿vale todo en el Arte?
Nos despedimos por hoy. Como siempre, gracias por estar ahí, y hasta nuestra próxima entrada en el blog www.tasararte.com/blog/