La fascinación por la egiptología.
La egiptología es una rama interesantísima de la Historia del Arte que siempre ha atraído a multitud de adeptos. El turismo, la literatura, el arte, no han dejado de recrear a lo largo del tiempo cómo vivían en el Antiguo Egipto.
El arte en torno a la muerte y el negocio de la muerte han desvelado que este pueblo tenía unas creencias complejas sobre la otra vida y sobre cómo preparar el bienestar de sus seres queridos en el Mas Allá; y es que el miedo fomenta las creencias.
La necrópolis de Saqqara.
La necrópolis de Saqqara, al sur de El Cairo, ha desvelado nuevas incógnitas hasta ahora desconocidas. Nuevos hallazgos han arrojado luz de cómo funcionaban los talleres de embalsamamiento del periodo de la dinastía Saita, en el siglo I antes de Cristo. Eran talleres subterráneos, de planta rectangular y techo alto, con canales de ventilación, en el que se trabajaba sobre cuatro o cinco cuerpos a la vez.
Seis vasos canopos.
La extracción de las vísceras se llevaba a cabo mediante una incisión en el abdomen o en el pasaje anal. Han aparecido seis vasos canopos, cuando se conocía la utilidad de tan solo cuatro, que alojaban el hígado, los pulmones, los intestinos y el estómago. El corazón se mantenía en el cuerpo junto con los riñones; ¿qué otras vísceras ocupaban los dos vasos canopos de más que han aparecido?
Una divinidad hasta ahora desconocida.
Esta instalación conecta con un pozo profundo utilizado como enterramiento comunal. Diversas cámaras talladas en la roca han alojado sarcófagos, entre los que figura la momia de una sacerdotisa con una máscara de plata, que representa una divinidad extraña, con aspecto de serpiente, hasta ahora desconocida.
El negocio de la muerte.
El taller era una verdadera industria; se dividía en dos fases, una, la extracción de órganos, que debía ser bastante sangrienta, para lo cual había canales tallados en la roca que servían para drenar sangre y líquidos. Y la segunda fase, con el cadáver ya conservado, era más ritual. Había, por un lado los sacerdotes embalsamadores, y por otro, los trabajadores más manuales. También se ha podido vislumbrar el olfato empresarial de estos talleres, adaptando el ritual según las posibilidades del cliente.
Un pueblo con una gran personalidad y una fascinante historia, que no deja de sorprender en los hallazgos, que arrojan luz sobre sus costumbres de vida. Esto es todo por hoy, nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/