“El espíritu de la pintura. Cai Guo-Qiang en el Prado”. Es el título que lleva la exposición que el Museo del Prado le dedica al artista chino Cai Guo-Qiang, reconocido internacionalmente por su dominio, maestría y por utilizar pólvora como pigmento en la realización de muchas de sus obras.

El éxito de su trabajo le ha llevado a ser el primer artista chino al que el Guggenheim de Nueva York dedicó una retrospectiva, además de haber realizado exposiciones en los mejores museos del mundo como la Tate Modern de Londres, el MoMa de Nueva York, el Museo Árabe de Arte Moderno de Doha y ahora, El Prado en Madrid.

Cai Guo-Qiang es el primer artista contemporáneo que concibe obra inédita creada in situ para su exposición en el Prado y se trata de su primera monográfica centrada en la pintura desde hace más de 30 años. La muestra plantea un diálogo entre el artista y los maestros del Prado, y muy especialmente con la figura de El Greco, por el que Cai siente una profunda admiración; tanto es así que en 2009 realizó un viaje reconstruyendo el trayecto personal y artístico del Greco desde su Creta natal, pasando por Venecia, Roma, y terminando en Toledo

La muestra se compone de un total de veintisiete obras hechas con pólvora, ocho de las cuales las ha realizado en el Salón de Reinos y las diecinueve restantes en su estudio de Nueva York en donde reside habitualmente. Junto a ellas se exhibirán varios dibujos en cajas de cerillas, obras de su padre, Cai Ruiqin, que fue quien le encaminó hacia la pintura.

Además, en la sala D se proyecta un documental de 20 minutos dirigido por Isabel Coixet para trasladar al espectador al proceso creativo que ha llevado a cabo el artista para esta exposición.

La exposición se articula en cuatro secciones expositivas siguiendo una regla de composición usada en las creaciones literarias y musicales de la China clásica y moderna: Qi cheng zhuan he. Qi se refiere a un Inicio ascendente; cheng es Desarrollo; zhuan es Transformación; y He significa la Unificación.