Se acaba el tiempo para visitarla, finaliza este próximo 25 de febrero. París bien vale una misa, París bien vale una visita a “Le Cubisme (1907 – 1917)”, en el Centre Pompidou. Se trata de la primera exposición dedicada al Cubismo en Francia desde 1953, una muestra que nos propone un recorrido completo dedicado a este movimiento considerado uno de los fundadores del arte moderno.

Una exposición cuyo objetivo es resaltar la evolución del Cubismo, desde sus fuentes originales primitivas y la fascinación por Gauguin y Cézanne hasta el impacto ejercido en sus contemporáneos como Henry Matisse y sus herederos, como Piet Mondrian, Kasimir,  Malévich o Duchamp, destacando el carácter experimental y colectivo de este movimiento cuya estética revolucionaria se encuentra en la actualidad.

Porque la revolución cubista no solo lleva los nombres de Pablo Picasso y Georges Braque, sino también los de al menos una cuarentena de artistas más cuyas obras también se exhiben, como Juan Gris, Robert y Sonia Delaunay, Fernand Léger, Albert Gleizes, Henri Le Fauconnier y Jean Metzinger.

Compuesta por trescientas obras y documentos significativos de la influencia del cubismo, la exposición se articula cronológicamente en catorce capítulos. Ofrece un panorama del Cubismo entre 1907 y 1917, periodo en que los artistas hicieron tabula rasa con los cánones tradicionales de representación e inventaron una nuevo idioma visual y conceptual.

Nos encontramos con obras maestras como “El músico” (1918) de Braque, “Naturaleza muerta con silla de rejilla” (1912) de Picasso, los retratos de Gertrude Stein (1906), Ambroise Vollard (1909) y Daniel-Henry Kahnweiler (1910), también de Picasso. Pero no podemos dejar de echar en falta la que quizás sea la obra más representativa de este movimiento: “Las señoritas de Avignon”; una pena que no haya podido acudir a la cita.

Profundamente ligado a su tiempo, el Cubismo recibió una estocada letal al estallar la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Los artistas franceses fueron movilizados al frente -del que algunos, como Raymond Duchamp-Villon o Apollinaire, no volverían-, mientras que los españoles como Picasso y Gris pudieron quedarse en la retaguardia por pertenecer a un país neutral. Todavía había vida artística en París a partir de 1914, pero el conflicto tuvo un impacto determinante en el movimiento.

Si finalmente nuestra agenda no nos permite visitar París antes de que acabe la muestra, habrá que planificarse para viajar al Kunstmuseum Basel en Basilea, a donde irá a continuación.

Hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

Marc Chagall – Las puertas del cementerio, 1917. Óleo sobre lienzo. 87 x 68.6 cm. Colección privada.
Marc Chagall – Las puertas del cementerio, 1917. Óleo sobre lienzo. 87 x 68.6 cm. Colección privada.
Pablo Picasso – Retrato de Ambroise Vollard,1909-1910. Óleo sobre lienzo. 92 x 65 cm. Museo Pushkin, Moscú.
Pablo Picasso – Retrato de Ambroise Vollard,1909-1910. Óleo sobre lienzo. 92 x 65 cm. Museo Pushkin, Moscú.
Paul Cézanne - Portrait d'Ambroise Vollard, 1899. Óleo sobre lienzo. 100,3 x 81,3 cm. Petit Palais, París, Francia.
Paul Cézanne – Portrait d’Ambroise Vollard, 1899. Óleo sobre lienzo. 100,3 x 81,3 cm. Petit Palais, París, Francia.
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