El Centro Pompidou de Málaga da protagonismo estos días a Brancusi, uno de los más grandes creadores de la vanguardia del siglo XX.
La muestra pretende hacernos ver todas sus facetas creadoras, en una retrospectiva que incluye 25 de sus películas, 141 obras de arte y 120 fotografías creadas entre 1909 y 1946, para bucear en el mundo creativo de este escultor Rumano, que fue un verdadero performance.
Intenta acercarnos a su mundo más íntimo, como un artista, artesano y obrero al que le gustaba recibir en su estudio de París a sus amigos Man Ray, Duchamp, Modigliani, Erik Satie o la fotógrafa Florence Meyer.
Cuando fallece Constantin Brancusi (Hobița, distrito de Gorj, Rumania, 1876 – París, 1957), el Estado Francés y el Museo Pompidou reciben su legado con la condición de que se mantenga unido, y para ello habilitaron una recreación de su estudio realizada por el arquitecto Renzo Piano; el estudio de Brancusi nos muestra su morada y lugar de inspiración, con sus tan preciados tesoros, sus obras de arte.
Cuentan que tenía fijación por su estudio, recibía amigos y organizaba comidas y conciertos de Satie; el estudio entero constituía una obra de arte total, tanto era así, que si vendía una pieza, hacía su reproducción en escayola para no alterar el conjunto.
En 1920 Man Ray le ayudó a instalar una cámara en su estudio y un taller de revelado, además de enseñarle a filmar y documentar todo el proceso creativo.
Esta muestra humaniza un nombre propio del arte del siglo XX, y su legado amplia el conocimiento de sus aptitudes además de la escultura.
Más allá de las columnas sin fin o de los óvalos minimalistas hay un creador que se nutre del arte africano y de las artes tradicionales rumanas para alcanzar una simplicidad de una enorme modernidad en las formas.
La muestra concluye en Junio. Esto es todo por hoy, nos despedimos hasta nuestra próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/