El desarrollo industrial del siglo XIX dio origen a nuevas clases sociales, como el proletariado (trabajadores industriales y campesinos pobres) y la burguesía (dueña de los medios de producción y poseedora de la mayor parte de la renta y el capital). Esta división social trajo consigo problemas laborales y sociales, protestas populares y nuevas ideologías que buscaban mejorar las condiciones de vida de las clases desfavorecidas, a través del sindicalismo, socialismo, anarquismo o comunismo.
En este contexto, el arte reflejó las transformaciones de la sociedad. El pionero del Realismo en la pintura europea fue el francés Gustave Courbet (1819-1877), quien, con obras como Un après-dîner à Ornans y Un enterrement à Ornans, criticó los valores establecidos y representó la realidad de manera revolucionaria para su época.
Asimismo, es relevante mencionar a Honoré Daumier (1808-1879), autor de obras como El vagón de tercera clase, que abordó problemáticas sociales similares. Otro pintor destacado fue Jean-François Millet (1814-1875), cuya sensibilidad hacia las escenas rurales del campesinado se evidencia en piezas como Las espigadoras y El ángelus, marcando un hito en la representación artística de esta temática.
José Vela Zanetti y su legado artístico
José Vela Zanetti (1913-1999) es un reconocido pintor y muralista español del siglo XX, cuya obra está influida por el contexto histórico y social posterior a la Segunda Revolución Industrial. Vela Zanetti integró elementos del Realismo, movimiento que sucedió al Romanticismo del siglo XIX, caracterizado por una preocupación por lo objetivo y preciso de la realidad, aunque sin abandonar por completo aspectos románticos.
Nacido en Burgos, de padre veterinario republicano y madre italiana, su familia se trasladó a León, donde inició su formación artística con Lucas Pérez Morales. Su padre lo vinculó con Manuel Bartolomé Cossío, quien lo introdujo a la Historia del Arte Español. Realizó su primera exposición en León en 1931 y en 1933 obtuvo una beca para estudiar en Italia, donde perfeccionó la técnica del fresco.
La Guerra Civil Española lo llevó a emigrar a América, donde residió entre 1939 y 1960. Durante su estancia en República Dominicana, realizó importantes murales en lugares como el Monumento a Santiago, el Palacio de Justicia, el Banco Central y la Biblioteca Nacional en Santo Domingo, además del Teatro Ercilia en Barahona. Su obra destacó por su contenido socio-político, reflejando un compromiso profundo con la justicia social.
En 1951 expuso en la Galería Shaeffer de Nueva York junto a grandes figuras como Picasso, Gris y Miró. Posteriormente, vivió en México, donde continuó creando murales de relevancia antes de regresar a España. Una de sus obras más reconocidas es La ruta de la libertad o la lucha del hombre por la paz, realizada para la ONU.
En 1955 se inauguró la Fundación Vela Zanetti con la donación de una colección permanente de sus obras. Fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos y miembro de la Real Academia antes de su fallecimiento en 1999.
Vela Zanetti, influido por los ideales del Realismo y su contexto histórico, dejó un legado artístico que combina técnica, sensibilidad y compromiso social.