Euforias en el arte. Las cifras de Art Basel muestran una recuperación del mercado del arte, el arte contemporáneo y de posguerra siguen siendo el periodo de más auge; un Mark Rothko titulado Untitled (yellow, orange, Yellow, Light Orange) del año 1955, año en el que solo pinto 22 obras se vendió (recordemos que su record es de Mayo 2015, una obra cerró en Christie’s Nueva York a 66,8 millones de euros); Picassos de los años treinta y sesenta; obras de Robert Rauschenberg de los ochenta y noventa (en Mayo 2015 Christie’s vendió obra suya por 15 millones de euros); obras del escultor alemán Thomas Schütte que se han vendido por 4,4 millones de euros, todo un síntoma de recuperación, y es curioso observar que lo que más vale siempre es el arte contemporáneo o de posguerra. Una cosa son las ferias con galerías que ofrecen en sus stands obras de arte y otra son las casas de subastas, que se han convertido en centros a los que acude todo el que quiera vender algún bien de valor artístico. Ofrecen obras para todos los bolsillos, diferenciando entre pintura, artes decorativas y joyería; cuando abren sus exposiciones semanas antes del día de la venta, sus instalaciones parecen pequeños museos donde el cliente puede enamorarse de aquello por lo que va a pujar; además, participar en alguna no está exenta de tensión y sorpresa, toda una experiencia.
Las exposiciones en centros culturales ayudan al publico a sentirse atraído por la obra de arte. Hay algunos realmente curiosos, como el que se acaba de inaugurar en Huete (Cuenca), un museo de fotografía en un imponente edificio Renacentista, un antiguo convento de la congregación de monjas Jesús María. El promotor es Antonio Pérez, coleccionista de fotografía y mecenas que ha donado los fondos de su Fundación para la exposición permanente y cuenta con instantáneas de los más insignes fotógrafos. El proyecto comienza su andadura con una exposición de Francesc Catalá-Roca incluida en PhotoEspaña 2015. Otra exposición fuera de España es la que exhibe esculturas de Joan Miró en los jardines del Rijksmuseum, una veintena de ellas se muestran en un recorrido mágico de animales, estrellas, aves y mujeres que estarán hasta el 11 de Octubre en Ámsterdam. El Museo Thyssen ha inaugurado la exposición Miradas cruzadas en la que relaciona arte y ciencia, son diez obras de la colección permanente entre las que figuran lienzos de Max Weber, Frantisek Kupka o Sonia Delaunay, con encuentros a los que acudirán físicos, astrofísicos, matemáticos, historiadores y artistas intercalando sus discursos. La Casa de América de Madrid muestra la obra de Gabriel Barceló, que a lo largo de cuatro años viajó por países andinos fotografiando indígenas de Bolivia, aimaras, urus y quechuas y sus orgullosas miradas como pueblo y como culturas; este proyecto busca en la mirada un tipo de lenguaje universal, muy elocuente.
La arquitectura esta cada vez más revolucionada, ya no saben qué inventar, el estudio español Selgascano realizará el pabellón de la Serpentine Gallery en Londres, una obra efímera para Kensington Gardens; será como una crisálida de plástico multicolor, un laberinto amorfo de tubos, formado por diversas capas de plástico de colores que varían en función de la luz del sol. Como si una oruga psicodélica hubiera producido una crisálida multicolor. La historia del pabellón se remonta al año 2000 en el que la dueña de la galería encargó a la arquitecta iraní Zaha Hadid que diseñara un pabellón temporal para una cena de gala, y a partir de ese éxito cada año se lo ha ido encargando a diversos arquitectos: Oscar Niemeyer, Frank Gehry, Rem Koolhaas, todo un escaparate de nuevas tendencias. Quienes están marcando tendencias en materia arquitectónica son los chinos, una empresa llamada BSB (Broad Sustainable Building) ha construido en 19 días un rascacielos de 57 pisos (da miedo verdad), el presidente de la compañía propone un nuevo sistema de construcción modular prefabricada (como si lo hubiera inventado, ¿en qué consiste entonces la Torres Eiffel?), dicen que es como montar un lego. Hay medio centenar de edificios en toda China y ya se está exportando a México (tarde o temprano leeremos algún acontecimiento dramático, esperemos que no sea así).
Comentarles un artículo que aparece en prensa sobre el mal fario de Torres-García en tierras catalanas. Joaquín Torres-García, el artista novecentista uruguayo de origen catalán que trabajó en tierras catalanas entre 1905 y 1917 creando murales, ha visto cómo sus creaciones no han sobrevivido en su lugar original, algunas hasta fueron destruidas. La Caixa parece haber apreciado los frescos del lucernario de Mon Repos comprándolos, aunque algunos fueron destruidos, como los de la Iglesia de la Divina Pastora en Sarria, o los de San Agustín Vell en el Raval; el Museo Reina Sofía adquirió los frisos de la Casa Rialp, todo un periplo para las creaciones de una artista consagrada que por algún motivo no fue valorada por todos. Una noticia que acaba de salir es la catalogación de una obra de Alonso Berruguete (Palencia 1490-1555), un relieve en alabastro, “Llanto sobre Cristo muerto”, conservado en un cigarral de Toledo propiedad de Gregorio Marañón, una pieza de arte excepcional atribuida al genial maestro español del siglo XVI.
Y terminar anunciándoles que el arte comienza a ser reclamo de restaurantes, tiendas y parques dispuestos a insertar obras para mejorar su espacio y atraer visitantes. Ya viene de atrás: en 1942 Mark Rothko presentó en los grandes almacenes Macy´s su serie Mitomórfica, Manolo Millares decoró en 1963 el escaparate del Corte Inglés de Preciados en Madrid. El restaurante Heart de Ibiza mostrará obras de Takashi Murakami; el bistró londinense The Tramshed en Londres muestra como reclamo la obra de Damien Hirst “Pollo y vaca”. Los parques también, desde antaño, como por ejemplo uno de Oslo que atrae por sus figuras de Bourgeois, Botero, Renoir, Dalí o Rodin, cedidas por un coleccionista privado. O las intervenciones del artista Christo como The Gates en Nueva York, que dejó grandes cifras de facturación a la ciudad. Y no nos olvidemos de que en Leganés, en Madrid, está el museo de escultura al aire libre que en su momento fue el más grande de Europa, con obras de Susana Solan, Martín Chirino, Ibarrola, Elena Laverón, Mateo Inurria, Venancio Blanco o José Seguiri entre otros muchos. La fascinación por caminar entre obras de arte ha logrado que se revitalicen barrios enteros. ¡¡¡¡¡Rompamos los límites entre el museo y la calle!!!!! Más la semana que viene. Gracias por leernos.