Se celebra el IV centenario del nacimiento del genial pintor sevillano. Y se hace a lo grande, con una exposición memorable e irrepetible en el Museo de Bellas Artes de Sevilla con el título de “Murillo y los Capuchinos de Sevilla”. Reúne veinticuatro piezas realizadas entre 1665 y 1669 por encargo de los franciscanos para el Convento de los Capuchinos de la ciudad.

Es la primera vez en doscientos años que se pueden contemplar el conjunto de estas obras al completo. Muchas de estas obras salieron de España, en buena parte expoliadas por el saqueo que sufrió Sevilla en la Guerra de la Independencia a manos del mariscal Soult. Por otro lado, el gran experto en la obra de Murillo y autor de su Catálogo Razonado Enrique Valdivieso comenta, no sin cierto sarcasmo, que ese hecho fue afortunado, porque permitió que la obra de Murillo haya sido conocida y valorada fuera de España. Algunas obras proceden de Alemania, Austria o Reino Unido.

Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) es uno de los grandes artistas del barroco español y el más relevante dentro de la dilatada historia de la escuela pictórica sevillana, un pintor que revolucionó la pintura por su forma de contar la religiosidad de la época y también con sus cuadros de costumbres. Es uno de los más famosos maestros de la pintura y sus lienzos cuelgan hoy en los principales museos del mundo.

En la muestra figuran obras tan importantes como “El jubileo de la Porciúncula”, que ha sido cedido para la ocasión por el Wallraf-Richartz Museum de Colonia. Otra que nos gusta especialmente es “Santa Justa y Santa Rufina”, ésta sí perteneciente al Museo de Bellas Artes de Sevilla, en la que están retratadas ambas hermanas, de pie, sosteniendo en las manos una representación de la Giralda, pues popularmente se creyó que fue su intercesión la que impidió que se cayera en el terremoto de 1504.

Bartolomé Esteban Murillo - Santa Justa y Santa Rufina, 1666. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Bartolomé Esteban Murillo – Santa Justa y Santa Rufina, 1666. Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Sevilla se vuelca para celebrar esta efeméride, y esta muestra es el primer gran acontecimiento pero no el único en lo que se viene a denominar el “Año Murillo”, en el que se reivindica y da a conocer las dos facetas de Murillo, tanto la religiosa como la mundana con sus pícaros y mendigos.

Descubierto un Murillo perdido.

Otra noticia relevante sobre Murillo es que recientemente se ha descubierto en un castillo de Gales una obra de su autoría que se daba por perdida. El barón de Penhryn lo adquirió hace 150 años y, actualmente, el propietario es el National Trust o Patrimonio Nacional Británico.

Se trata del retrato del escritor Don Diego Ortiz de Zúñiga, un óleo sobre lienzo realizado hacia 1655. En el Ayuntamiento de Sevilla se conserva una copia desde 1751, el original se daba por perdido desde 1901 y hasta hace poco se consideraba que éste en cuestión también era una copia.

El descubrimiento lo realizó el historiador de arte y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares Benito Navarrete, uno de los expertos mundiales en la obra de Murillo.

Esta obra de Murillo es, en este momento, la obra central en la exhibición sobre el artista español en la Frick Collection de Nueva York, y en febrero será trasladada a la National Gallery de Londres de manera definitiva.

Bartolomé Esteban Murillo – Retrato de Don Diego Ortiz de Zúñiga, ca. 1655. Óleo sobre lienzo, 113 x 94 cm. Detalle.
Bartolomé Esteban Murillo – Retrato de Don Diego Ortiz de Zúñiga, ca. 1655. Óleo sobre lienzo, 113 x 94 cm. Detalle.

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