Está el arte indisolublemente unido a la estética? Ríos de tinta deben correr ante esta pregunta, sobretodo en una época en la que la provocación en las prácticas artísticas es lo más recurrente.

Arco 2018 se ha llenado de polémica por una obra del artista conceptual Santiago Sierra. Este madrileño es un número uno en crear controversia, pertenece a esa generación de creadores que aplican en sus prácticas nuevos comportamientos, sembrando polémica, siempre protestando, denunciando algún plano del ámbito político o social; y es que de eso mismo trata el arte actual, alejado por completo de la estética y de la contemplación pasiva, se sitúa en un terreno en el que el espectador debe captar un mensaje, un cambio significativo en la recepción del arte, nuevos modos de percepción en los que cada espectador hace su personal interpretación. Por ejemplo, sus performances:

  • Línea de 30 centímetros tatuada sobre una persona remunerada (1998) el artista demostró que a cambio de dinero las personas se dejaban tatuar, se masturbaban o aprendían de memoria una frase por 20 dólares. El servilismo del dinero.
  • Llegó a pagar a heroinómanos por rasurarse una línea de 10 centímetros en la cabeza a cambio de una dosis de heroína en Puerto Rico en el 2000. La degradación de la dependencia.
  • En la Bienal de Venecia en el año 2003, nadie sin DNI español podía entrar al Pabellón de España, ante la indignación del público foráneo. ¿Dónde están las fronteras? y la enorme injusticia de su existencia.
  • En Alemania en el 2006, 245 metros cúbicos fue una intervención al meter una cámara de gas en una sinagoga, se montó una buena, y su explicación fue que significaba la muerte industrializada e institucional de los pueblos europeos.

Las acciones en el arte, son simplemente acontecimientos artísticos efímeros cuya existencia tiene siempre una duración limitada, son un medio artístico con derecho propio. Guardan una esperanza de transformación, de cambio, de ruptura, quieren producir un cambio revolucionario, una transformación social, socavar cimientos de ideologías dominantes, el artista es un agitador social y político.

En el 2010 recibió el Premio Nacional de artes Plásticas y lo rechazó, por su militancia en el antisistema, lo rechazó mediante una carta que luego vendió por la cuantía del Premio, 30.000 €.

Este tipo de acciones que replantean los límites del arte se producen de manera sistemática en las últimas tendencias del arte contemporáneo y no dejan indiferente. Habrá que pensar qué calificativo deben recibir y cómo pasan a la historia, porque en cuanto ocurren producen desorientación y controversia. Lo que Sierra dice, y en lo que estamos de acuerdo, es que “el público del arte es culto y mundano y no se escandaliza así como así” y acaba una entrevista afirmando que arte es lo que el artista decida….

Esto es todo por hoy, nos despedimos hasta nuestra próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

Santiago sierra – detalle de la obra “Presos políticos”, retirada de la feria Arco 2018.
Santiago sierra – detalle de la obra “Presos políticos”, retirada de la feria Arco 2018.

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