La Contrarreforma.

Tras haber descrito el ambiente que se respiraba en el seno de la Iglesia Católica en el Quinientos, vamos a describir la función didáctica de las artes durante la Contrarreforma.

Pablo III Farnese, durante su pontificado, reconoce a la Compañía de Jesús y convoca en 1545 un Concilio que se inicia y finaliza en Trento en 1563. La finalidad era corregir los desórdenes advertidos en la Iglesia, proclamar su doctrina y restablecer la unidad.

El Concilio promueve la lectura e interpretación de la Biblia. Se promulgan una serie de disposiciones con respecto a la invocación, la veneración y las reliquias de los santos, y asimismo, sobre el uso legítimo de la imágenes sagradas. Se trata de establecer una serie de normas acerca de la forma más adecuada de representar tanto a Cristo como a la Virgen, en calidad de Madre de Dios.

Difundir los principios de la Fé de una forma didáctica entre el pueblo, con la finalidad de que la temática de las artes sirviera de enseñanza a quienes no supieran leer, y de recuerdo ejemplar para los letrados. Se quería que los fieles no incurrieran en la idolatría, pues se resaltaba que lo importante no era la imagen en sí, sino lo que ésta representaba. Se daba preferencia al tema y su decoro, sin inmiscuirse en el lenguaje o estilo artístico que emplear.

Se pretendía alejar tanto de la superstición, como de provocar la tan temida lascivia. Para lograrlo, se debía evitar la belleza sensual y provocativa, la “hermosura escandalosa” a la hora de representar imágenes, y no se colocaba ninguna obra de arte recién terminada en una iglesia sin haber obtenido antes permiso. Las disposiciones sobre las artes figurativas del Concilio de Trento afectaron también a la arquitectura.

Los Jesuitas y el arte en la Contrarreforma.

Pablo III ya había encargado la redacción de un informe sobre la situación moral de la Iglesia. La hallaron corrompida por la indignidad de la conducta de muchos sacerdotes, que abusaban de su poder para enriquecerse.

Se reorganizó la Inquisición mediante una bula, se dispuso el índice de libros prohibidos, y se reconoció la Compañía de Jesús como orden sacerdotal militante, organizada por el noble español Ignacio de Loyola, que promulgaba la formación del sacerdote: pasar por ejercicios espirituales muy duros, organizarse a la manera militar. De esta forma, se constituyó uno de los principales instrumentos de promoción de la Contrarreforma, y propició la reforma de la Iglesia Católica desde principios ortodoxos.

Se enviaba a los Jesuitas al domino de nuevas tierras para promover la Fé católica, se promovían las ideas por medio de la difusión de las artes y las ciencias. Se crearon seminarios por toda Europa para formar a los miembros sacerdotales mediante el estudio de las humanidades y de las ciencias. Se promovió el teatro y el espectáculo de masas, para atraer multitudes e influir  popularmente en ellas.

La Compañía de Jesús incidirá especialmente en la arquitectura religiosa por medio de la formulación de un modelo de iglesia peculiar, que tenga gran difusión, tanto en los países europeos como en otros continentes.

La iglesia del Gesù, proyectada por Vignola en 1563 con la intervención de Giacomo della Porta en el diseño de la fachada, fue el paradigma, al proporcionar un modelo arquitectónico de templo católico; un templo manierista, menos decorativo, y cercano a nuevo clasicismo ortodoxo, al destacar la severidad de su fachada y la riqueza decorativa interior.

Il Gesù es una iglesia de planta basilical, de una sola nave longitudinal, cubierta por una bóveda de cañón y rodeada de capillas entre los contrafuertes excepto para el brazo del crucero, en cuyos extremos se destacan los altares de San Ignacio y San Francisco. Destaca una cúpula semiesférica, con linterna sobre un tambor octogonal. El proyecto de fachada, como ya hemos dicho, se debe a Giacomo della Porta, discípulo predilecto de Miguel Ángel, quien acabó la cúpula de San Pedro del Vaticano.

Hasta aquí hemos llegado, gracias por leernos, nos despedimos hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/.

Interior de la iglesia del Gesù (en italiano, Chiesa del Sacro Nome di Gesù, o iglesia del Santo Nombre de Jesús), 1568 – 1584, situada en la plaza del Gesù en Roma, es la iglesia madre de la Compañía de Jesús. El proyecto es de Jacopo Vignola, y la fachada es de Giacomo della Porta, mientras la decoración interna pertenece a la época barroca. Sus obras comenzaron cinco años después de la finalización del Concilio de Trento, que convocó Pablo III para la Contrarreforma de la Iglesia Católica en respuesta a la Reforma Protestante de Martin Lutero.
Interior de la iglesia del Gesù (en italiano, Chiesa del Sacro Nome di Gesù, o iglesia del Santo Nombre de Jesús), 1568 – 1584, situada en la plaza del Gesù en Roma, es la iglesia madre de la Compañía de Jesús. El proyecto es de Jacopo Vignola, y la fachada es de Giacomo della Porta, mientras la decoración interna pertenece a la época barroca. Sus obras comenzaron cinco años después de la finalización del Concilio de Trento, que convocó Pablo III para la Contrarreforma de la Iglesia Católica en respuesta a la Reforma Protestante de Martin Lutero.
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