Las terribles vicisitudes de algunas obras de arte.
Es un tema recurrente en nuestro blog, los artículos sobre arte que ha sido robado, que ha desaparecido, recuperado, devuelto o falsificado. Es recurrente porque es noticia que interesa, entretenida, humana al tratar sobre las bondades y miserias del ser humano, su capacidad de generosidad y de egoísmo, su capacidad de crear y destruir.
Y si en anteriores ocasiones lo hicimos con entradas como “Arte robado, arte recuperado”, “Del arte robado, el arte ilegal y el arte para la reinserción”, “Arte robado devuelto a sus lugares de origen”, “Devolver lo robado”, “Obras de arte recuperadas” o “Aunque parezca mentira” (y alguna nos dejamos), ahora lo hacemos con un pequeño listado de tesoros que se encuentran en -aún hoy- en paradero desconocido.
Grandes robos de obras de arte. Robos de película.
Trataremos sobre cuatro casos “sonados”, dignos de novelas o películas que cuenten todas las vicisitudes y pormenores que rodean a cada uno de ellos. Arte buscado. Wanted, en ocasiones con “Reward”. Lo haremos cronológicamente, y son los siguientes:
1934. El robo de “Los Jueces Justos”, uno de los doce paneles de “Adoración del Cordero Místico”, de la Catedral de San Bavón de Gante, en Bélgica.
1969. El robo de la “Natividad” de Caravaggio perpetrado por la Cosa Nostra en el oratorio de la iglesia de San Lorenzo de Palermo, en Sicilia.
1990. El robo de trece obras de arte del Isabella Stewart Gardner Museum, en Boston. Dos hombres disfrazados de policías se hicieron con el botín. Se ofrece una recompensa de diez millones de dólares.
2010. El robo de cinco obras maestras del Museo de Arte Moderno de la Villa de París. En este caso el ladrón es el apodado Hombre Araña, que la prensa le llegó a definir como un “ladrón perfecto”.
Hoy trataremos el primer caso, más adelante abordaremos el resto.
1934. El caso del Altar de Gante.
En la Catedral de San Bavón de Gante, en Bélgica, se encuentra una obra maestra, un políptico realizado al óleo sobre tablas de madera titulado “Adoración del Cordero Místico”, obra de los hermanos Hubert y Jan Van Eyck. También conocido como “Altar de Gante”, se compone de un total de doce paneles.
El robo y el rescate.
La noche del 10 de abril de 1934 robaron dos de estos paneles, “Los jueces justos” y “San Juan Bautista”. El ladrón se puso en contacto mediante carta con el obispo de Gante, Monsignor Coppieters, pidiendo un rescate de un millón de francos belgas. Para demostrar que las tenía en su poder devolvió “San Juan Bautista” avisando a la policía de su ubicación en una consigna de la estación de Bruselas Norte. Tras trece cartas no se aceptó la oferta, no se pagó y nunca se devolvió “Los Jueces Justos”.
Me llevaré el secreto a la tumba.
Se cree que el ladrón fue Arsène Goedertier, un corredor de bolsa flamenco. Goedertier sufrió un ataque al corazón el 25 de noviembre de 1934 y, en su lecho de muerte, confesó saber dónde estaba la obra y que se llevaría el secreto a la tumba. En su casa encontraron los carbones con los que escribió las cartas y tres llaves: una de la catedral de San Bavón, otra de la consigna de la estación de tren de Gante y una última que nunca se supo a qué cerradura pertenecía.
A día de hoy, todavía no se ha recuperado la tabla original. En 1945 se sustituyó por una copia realizada por Jef Vanderveken, que además de restaurador del Museo Real de Bellas Artes de Bélgica, fue copista y falsificador de arte.
El Altar de Gante: la obra de Arte más robada de la Historia.
Se da la circunstancia de que el políptico de Gante detenta el triste récord de ser la obra más robada de la Historia del Arte. La cantidad de acontecimientos que ha padecido no son pocos:
En 1566 fue desmontado para ponerlo a salvo de los ataques iconoclastas calvinistas. Durante unos años se mantuvo oculto en el Ayuntamiento de la ciudad.
En 1794 el retablo cayó en manos de las tropas napoleónicas como trofeo de guerra, y los paneles laterales se fragmentaron y vendieron. Las cuatro tablas centrales fueron enviadas al Louvre por las tropas de Napoleón, pero en 1815 Luis XVIII de Francia las devolvió.
En 1816 el vicario de San Bavón vendió algunos de los paneles laterales a un marchante llamado Nieuwenhuys. A su vez, él vendió los paneles a Edward Solly, coleccionista inglés que los trasladó a Berlín.
En 1821 Federico Guillermo III, rey de Prusia, compró la colección de Solly. Los paneles del retablo de Gante se expusieron en el Museo Kaiser Friedrich de Berlín. Más tarde, después de la I Guerra Mundial, se recuperaron gracias al Tratado de Versalles de 1919, que obligaba a Alemania a devolver ésta y otras obras como reparación de guerra a sus legítimos propietarios.
En 1934 se produjo el robo de “Los Jueces Justos” que desarrollamos en este artículo. El ladrón dejó una nota escrita en francés: “Arrebatado de Alemania por el Tratado de Versalles”.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán expolió el retablo, junto a otras siete mil obras de arte, a una mina de sal, de donde finalmente fueron rescatadas por la unidad MFAA (Monuments, Fine Arts, and Archives program o Monuments Man), (en español el Programa de Monumentos, Arte y Archivos).
Esto es todo por hoy, hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/
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