El Museo de Bellas Artes de Bilbao rinde homenaje a un artista Italiano del siglo XVI, precursor del movimiento surrealista por lo extraño de sus iconografías. Nos referimos a Giuseppe Arcimboldo, nacido en Milán en 1526, que perteneció y trabajó en la corte de los Habsburgo para Maximiliano II y su hijo Rodolfo II.
Este manierista milanés, muy apreciado por los surrealistas, es uno de los pintores más originales del Renacimiento por sus retratos hechos con elementos naturales. En aquellos tiempos, las frutas, verduras, flores y animales que venían del Nuevo Mundo causaron un gran interés y en Arcimboldo, que le resultaban tremendamente exóticas y los plasmaba en los retratos que hacía, pintando representaciones de estos objetos en el lienzo colocados de tal manera que todo el conjunto tenía una semejanza reconocible con el sujeto retratado.
Hay poca obra de él que se conserve, apenas treinta de las cuales tres están en España, dos en colecciones privadas y una de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Las tres piezas componen la exposición con once obras más para “arroparlas”, entre las que figuran copias de época y retratos de sus protectores y coleccionista, además de tratados de botánica y de ciencia; un poco por contextualizar el momento en el que vivió y creó su legado pictórico. Es la primera vez que se exponen juntos estos tres óleos protagonistas de la exposición: “Flora”, 1589, “Flora meretrix”, c.1590 y “La primavera”, 1563.
Arcimboldo fue descubierto recientemente por el primer director del MOMA, el mítico Alfred Barr; hasta entonces había vivido en el ostracismo. Barr le incluyó en una muestra del movimiento surrealista europeo “Fantastic Art. Dad Surrealims 1936-1937”, el haberle incluido forma parte de una mirada del siglo XX sobre obras del siglo XVI, y bien cierto es que destaca por su originalidad.
Lo que sí es cierto es que en la obra pictórica de este artista se puede ver la impronta de Leonardo Da Vinci, que es el creador de las cabezas grotesca y de caracteres. Las fantasías en las cabezas de este artista son fruto de inquietudes del momento histórico en el que vivió, traducidas en imágenes realizadas con una gran inventiva no exenta de cierto componente lúdico.
Se sabe que hubo más obra de Arcimboldo en la España de Felipe II, hay documentación que así lo atestigua, probablemente ahora estarán en colecciones privadas europeas, pero en su día se exhibían en el antiguo Alcázar de Madrid.