Esa es la metáfora que se abre camino en estos tiempos que corren, el arte de siglos pasados debe dialogar con el arte actual, para que el visitante de una exposición tenga una experiencia concreta, de lectura individual. Estos días la Colección privada de arte del coleccionista berlinés Desiré Feuerle se expone en un búnker antiguo que estuvo destinado a telecomunicaciones en la Segunda Guerra mundial, la adaptación como centro expositivo corrió a cargo del arquitecto inglés John Pawson y el resultado invita al visitante a vivir una experiencia única; el ambiente de las salas es de penumbra y el grupo (que debe ser exiguo) permanece en silencio y a oscuras, escuchando una interpretación en piano. Las obras, de diferente género y cronología, van desde las pequeñas esculturas en bronce y piedra de la civilización jemer (Camboya) de los siglos VII al XIII a mobiliario chino de mármol del siglo XVI y XVII, fotos eróticas del japonés Nobuyoshi Araki, espejos concéntricos de Anish Kapoor, una escultura de Cristina Iglesias que se asemeja al lecho de un rio, todo un ciclo de sensaciones que se viven a partir de las obras que habitan las distintas salas. Los museos invitan a superarse por atraer visitantes.
Una exposición de arquitectura recorre parte del trabajo de los arquitectos españoles Antonio Cruz y Antonio Ortiz, es en el edificio de la Fundación ICO en Madrid en donde se alberga la muestra; la ampliación del Rijksmuseum, la estación de AVE de Santa Justa o el Estadio de la Peineta son algunas de las obras proyectadas y producidas por este equipo de profesionales que presumen de evitar las modas, inspirándose en el cine y la literatura que les gusta; son cincuenta los proyectos, setenta las maquetas y cien los croquis que podrán verse con instantáneas de interiores de José Manuel Ballester; es un estudio de arquitectura que presume de ponerse al servicio de la ciudad, ambos han quedado finalistas para la nueva ampliación del Prado.
La Fundación Botín de Santander amplía hasta el 31 de diciembre la exposición “Joan Jonas: caudal o río, vuelo o ruta”, la instalación multimedia que la artista creó específicamente para este espacio en colaboración con quince jóvenes artistas internacionales; un trabajo en el que profundiza sobre la compleja relación del ser humano con la naturaleza y el medio ambiente, un tema que ha sido una preocupación constante a lo largo de su trayectoria. Joan Jonas (Nueva York, 1936) es pionera en la práctica de la performance, el cine experimental y la vídeo-instalación. Ha recibido numerosos premios a lo largo de su vida, participado en seis ediciones de Documenta de Kassel, representado a Estados Unidos en la última edición de la Bienal de Venecia, y su obra se ha representado en los mejores museos del mundo. Para ella “La performance es el medio del que me valgo para construir un objeto que existe tan sólo en el tiempo, el cual se plasma en el espacio mediante cuerpos, mediante mi propio cuerpo. Para mí la performance es poesía tridimensional creada en vivo en el espacio”.
En Madrid acaba de terminar una muestra con obra de Caravaggio, parte de las obras han viajado a Londres para exhibirse en The National Gallery hasta el 15 de Enero; la exposición titulada “Beyond Caravaggio” muestra algunas obras expuestas en el Thyssen junto a algunas piezas más. El artista es y fue tan importante, que los expertos dicen que hubo “un arte antes y un después” de Caravaggio; el motivo es que el genio piamontés buscaba que el espectador se involucrara en el tema al contemplar las obras, que no fuera pasivo, que toda esa mezcla de drama envuelva al espectador hasta cautivarle de lleno.
El director de la pinacoteca Gabriele Finaldi, un estudioso del Barroco europeo y en concreto de la obra de José de Ribera, la próxima exposición del Museo del Prado de este artista correrá a su cargo. En una extensa entrevista habla de la figura del “artista residente”, que habita en el museo durante dos años, involucrándose en el día a día, y que al final de su estatus realiza una exposición en la que se refleja su relación con las colecciones de la casa, volvemos al comienzo de este blog que hablaba del diálogo entre las colecciones de un museo clásico con el arte actual. Ese dialogo está cada vez más presente.
“Auténtico santuario paleolítico” y “tesoro de la humanidad”, así definen el nuevo hallazgo encontrado en pleno casco urbano de la localidad vizcaína de Lekeitio, la cueva de Armitxe, con un conjunto de unos 50 grabados de hace unos 14.000 años, de la época magdaleniense. Novedosos en cuanto a su técnica, al haber sido efectuados mediante «microdesconches» en la pared de la cueva, y también en lo que se refiere a los motivos representados, ya que en el panel principal se han distinguido dos leones, unas figuras «radicalmente nuevas» en el arte paleolítico hallado hasta ahora del Cantábrico. Se han identificado hasta el momento 18 caballos, 5 caprinos, 2 bisontes, al menos 2 leones y 4 cuadrúpedos indeterminados. Además, hay semicírculos y líneas, muestras de arte abstracto magdaleniense que no se habían visto hasta ahora en el resto de cuevas de España. Estas son las noticias que seleccionamos esta semana, esperamos sorprenderles la siguiente en nuestro blog https://www.tasararte.com/blog/