El pasado 4 de julio se presentó en el Museo del Prado un montaje concebido específicamente para una de sus salas -la sala C- a partir de la obra maestra “El jardín de las delicias” de Jheronimus Bosch, conocido en nuestro idioma como el Bosco. Se trata de la videoinstalación “Jardín infinito” de setenta y cinco minutos de duración, en la que el espectador se pasea por la sala y se siente atrapado, envuelto, literalmente dentro del Jardín de las delicias, como una pieza más del cuadro. Dieciocho proyectores muestran detalles de la obra en paredes de veinte metros de largo por seis de alto en donde podemos ver en proporciones gigantescas toda esa multitud de seres, criaturas y cuerpos creados por la prodigiosa imaginación del Bosco. El artista Álvaro Perdices y el cineasta Andrés Sanz son los autores de este proyecto que incorpora una composición original de audio expresamente creada para esta obra por los músicos Santiago Rapallo y Javier Adán. Es arte contemporáneo para una inmersión en la inmortal obra.
En la National Gallery de Londres se inauguró el pasado 23 de junio la exposición “Painters’ Paintings: From Freud to Van Dyck” (Pinturas de pintores: de Freud a Van Dyck), abierta hasta el 4 de septiembre. En ella se muestra la vocación coleccionista que tuvieron algunos pintores a través de pinturas que en su día fueron de su propiedad, confrontándolas con ejemplos de su propio trabajo y ver así el impacto que dejó en sus propias producciones artísticas el arte que coleccionaban, por resumir, qué se puede aprender sobre los pintores a partir de sus colecciones privadas. La exhibición muestra obras de las colecciones de Freud, Matisse, Degas, Leighton, Watts, Lawrence, Reynolds, y Van Dyck, y cada sección comienza con un autorretrato. Entre otras curiosidades, se nos desvela que Henri Matisse empeñó el anillo de compromiso de su mujer para comprar un cuadro de Paul Cézanne, joya que nunca pudo recuperar pues perdió el comprobante. O que el mismo Matisse y Picasso se intercambiaron pinturas a lo largo de su vida, como es el caso del retrato de Dora Maar de 1942 que le regaló Picasso.
Seguimos en Londres, en la casa de subastas Christie’s, en donde el cuadro Lot y sus hijas, del pintor Peter Paul Rubens (1577-1640), ha sido vendido por 52,4 millones de euros a un coleccionista privado. La subasta duró 14 minutos en los que se registraron numerosas ofertas, en la que participaron no sólo coleccionistas tradicionales, sino también nuevos clientes de Asia. Se trata de una extraordinaria obra maestra que el artista pintó en su madurez temprana. Es una de las pinturas más importantes de Rubens que han permanecido en manos privadas. Rubens es uno de los artistas más valorados en el mercado del arte y ya marcó un récord de cotización en 2002, cuando La masacre de los inocentes se vendió en Sotheby’s por 57,8 millones de euros.
Una buena noticia es que el coleccionista y mecenas cubano-estadounidense de origen español Roberto Polo cederá a España 7.000 piezas de su colección de vanguardias centroeuropeas. Polo (La Habana, 1951) recibió el pasado 29 de junio el Premio Capital de Arte en la categoría de Mecenazgo Internacional por sus donaciones al Museo del Louvre y el Metropolitan de Nueva York y durante su discurso anunció su decisión de ceder su legado a España. Se trata de una de las cesiones gratuitas más importantes de obras de arte que recibe nuestro país que, podría, con el tiempo, convertirse en una donación permanente. Roberto Polo es precavido y nunca ha donado desde el principio. «He donado una vez que he visto que el gobierno en cuestión se preocupaba de las obras cedidas. Así ha sido en todas las donaciones que he hecho». La «única condición» que ha puesto es que su colección se aloje en un «edificio histórico». Antes de llegar a España en 2017, la colección se expondrá, en septiembre, en el Museo Pushkin de Moscú y, posteriormente, en el Hermitage de San Petersburgo.
Hablamos ahora de la Catedral de Santiago de Compostela. Se han dado a conocer datos sobre los avances en la restauración que se viene llevando a cabo en el Pórtico de la Gloria, que han permitido descubrir cuatro capas de color diferentes, entre ellas la primigenia ideada por el Maestro Mateo en el siglo XII con pigmentos de una calidad extraordinaria como lapislázuli o lámina de oro. Eso ha hecho posible la reconstrucción virtual de las diferentes policromías que decoraron el Pórtico a lo largo de ocho siglos. Es la primera vez que se utilizan sistemas gelificados a base de nanopartículas para la limpieza de la piedra policromada y equipos láser con diferentes longitudes de onda. También se están empleando equipos de precisión como los microaspiradores, agujas de succión y micronebulizadores que permiten una actuación puntual y controlada. En 2017 buena parte de esta impactante coloración lucirá de nuevo gracias al mecenazgo de la Fundación Barrié, que lleva destinados seis millones de euros, aunque las obras durarán hasta 2020.
Estas son las noticias que hemos seleccionado esta semana, esperamos sorprenderles también la semana que viene con nuestro blog https://www.tasararte.com/blog/