La casa natal de Velázquez en Sevilla, tras muchas vicisitudes y tras haber estado a punto de ser derribada, finalmente se ha salvado. En la calle Padre Luis María Llop, en el número 4. La calle se llama así desde 1940 en honor al escritor y carmelita. El barrio en el que se sitúa la casa en la que Diego pasó su niñez, concretamente sus primeros 11 años de vida, es el de la Morería, que no era más que una evolución de una judería sevillana. Pasear por las calles puede convertirse en un lujo, al pensar que el más grande pintor de todos los tiempos creció ahí.

Es casi un milagro que se salvara de la tremenda demolición del siglo pasado, y tras ser sede del Centro de Arte M-11, fue adquirida por los diseñadores Victorio & Luchino. La quiebra de los diseñadores sevillanos hizo que el inmueble pasara a formar parte de los bienes con que se procedió al pago a los acreedores, que la pusieron en venta finalmente en 2017. ¿Cómo no se ha protegido antes?

Ante la indiferencia del Ayuntamiento de Sevilla y de la Junta de Andalucía, la casa de más de 500 metros cuadrados de solar y varias plantas ha sido adquirida por un grupo privado de inversores con la intención de construir una casa museo del pintor. Los promotores son Enrique Bocanegra, sevillano, historiador y novelista y el ingeniero Enrique Piñeyro, que han creado la marca de la sociedad Casa Natal de Velázquez.

La Casa Museo será al estilo de las que tienen otros renombrados autores como Rembrandt en Ámsterdam, Delacroix en París, Borges en Buenos Aires, Rubens en Amberes, James Joyce en Dublín o El Greco en Toledo. Menos suerte tuvo Gustavo Adolfo Bécquer, la casa en la que nació y vivió en Sevilla es hoy un edificio de apartamentos. Su apertura está prevista para marzo de 2019 y será un centro de interpretación y divulgación de la vida y obra del genio universal de Velázquez. Toda una experiencia entrar en el inmueble donde nació y creció, comprender desde el ahora, un poco de lo que fue hace cuatro siglos atrás, su mundo, su barrio; en las calles donde jugo de niño, donde aprendió a pintar y las aceras que cada día recorría para ir al taller de su maestro Pacheco, por fin parece que han reaccionado y van a convertir la visita a Sevilla en una ciudad velazqueña, donde podremos imaginar que Diego vio al Aguador y quizá también a la vieja friendo huevos.

Esto es todo por hoy. Gracias por estar ahí y hasta la próxima entrada en nuestro blog www.tasararte.com/blog/

Diego Velázquez – Vieja friendo huevos, 1618. Óleo sobre lienzo. 100,5 cm × 119,5 cm. Galería nacional de Escocia, Edimburgo.
Diego Velázquez – Vieja friendo huevos, 1618. Óleo sobre lienzo. 100,5 cm × 119,5 cm. Galería nacional de Escocia, Edimburgo.
Diego Velázquez – El aguador de Sevilla, hacia 1620 – 1622. Óleo sobre lienzo. 106,7 cm × 81 cm. Apsley House, Londres.
Diego Velázquez – El aguador de Sevilla, hacia 1620 – 1622. Óleo sobre lienzo. 106,7 cm × 81 cm. Apsley House, Londres.
Diego Velázquez – Las Meninas (detalle), 1656, Óleo sobre lienzo. 318 cm × 276 cm. Mueso Nacional del Prado, Madrid.
Diego Velázquez – Las Meninas (detalle), 1656, Óleo sobre lienzo. 318 cm × 276 cm. Mueso Nacional del Prado, Madrid.
Diego Velázquez – Venus del espejo, hacia 1647-1651. Óleo sobre lienzo. 122 cm × 177 cm. National Gallery, Londres.
Diego Velázquez – Venus del espejo, hacia 1647-1651. Óleo sobre lienzo. 122 cm × 177 cm. National Gallery, Londres.
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